Vecinos

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Juan se levantó de su cama como todos los días cayéndose de la misma, tras la caída, exclama "¡Mamá! Ya te dije que no hagas flotar los muebles de mi cuarto".

Su madre, como todas las mañanas, preparaba el desayuno mientras hacia la limpieza, claro con la ayuda de su hechicería, limpiando con una escoba que parecía tener vida y con muebles flotantes.

Mientras tanto el joven se alistaba para asistir a clases, se vestía, tomaba su varita y bajaba a desayunar huevos de dragón recién hechos.

Tras el desayuno sale de su casa y espera el colectivo, al llegar el sube, las puertas se cierran y el vehículo desaparece como por arte de magia.

En cuanto a mí, terminé mi café y salí a trabajar como cada día, no sin antes decir "Que raros son los vecinos".

Relatos cortosWhere stories live. Discover now