Cap:7

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Todos comenzaron a firmarse los anuarios y, en cambio, eso no le interesaba a Valeria, eran mínimamente compañeros y sólo esas dos chicas eran sus amigas, sus mejores amigas. Majo tampoco pareció importarle, aunque estuvo todo el día muy ansiosa y Sofía decía que no sabía el por qué. Valeria
no se preocupó mucho, ya que ella estaba con su propia lucha interna. Por alguna extraña razón quería que a Yuri le firmara el suyo, Era muy tonto y ella lo sabía, por eso se sentía enferma.

Salió por los pasillos, intentando dar vueltas y aclarar la mente, pero lo que sí le sorprendió fue la escena que tenía delante de ella. Se detuvo, con una mueca de desagrado en su mayor expresión. Manuel estaba muy cerca de Yuri y jugaba con su cabello, la peli negra parecía muy lejos de molestarse y le sonrió de manera coqueta.

Valeria sintió la sangre hervirle en las venas, Iba a ir justo a su casillero, ahora que estaba limpio, a buscar unas cosas y la peor noticia era que ellos estaban recostados justo en el. Mierda ¿Por qué a ella?

Tomo una gran bocanada de aire. Yuri se mordía el labio y parecía estar muy divertida coqueteándole al chico. La ojimarron no sabría hacer aquello ya que su cerebro no se lo permitía. Ella nunca se comportaría así y ver a Yuri actuando cómo una princesita con un chico, la hizo irritarse. Lo peor era que Manuel parecía encantado. Fue hasta donde estaban ellos y con la mejor voz inexpresiva que encontró, les habló.

-Con permiso, ese es mi casillero- dijo señalando la puertecita, Yuri la miró divertida y Manuel bufó.

-Ándate a otra parte, fenómeno- habló bruscamente y Valeria apretó los puños.

-Es mi casillero, el que tiene que largarse eres tú- replicó muy seria, sentía la necesidad de pegarle un puñetazo en la nariz.

-¿Quieres que golpee esa carita? Porque yo podría- amenazó Manuel, separándose de la peli negra y acercándose a Valeria.

Si a Yuri le preocupaba el bienestar de la ojimarron, nunca lo demostró.

Valeria alzó las cejas y por un terrible momento sonrió de tal manera que Yuri la miró fijamente, era una sonrisa burlona que no se le veía desde hace tiempo, cómo si Valeria Ramírez fuera superior.

-Atrévete- lo retó y por un segundo las facciones de Yuri cambiaron, ella pensaba que la ojimarron tal vez se haría para atrás, pero no lo hizo. Antes que el chico alzara el puño dispuesto a golpearle, Yuri lo llamó, intentando aparentar diversión.

-Manuel, es una mosquita muerta, No vale la pena ¿Si?- le dijo acariciando su brazo y de inmediato el chico le sonrió, olvidándose de la existencia de Valeria.

La ojimarron estaba echando humo por las orejas al observar las caricias que Yuri le daba al chico.

-Mira tu, pedazo de...-

-jostin, ¿podrías ir a guardarme un asiento, en la cafetería? Por favor- pidió Yuri, interrumpiéndola, mientras hacia un puchero y Manuel cómo un tonto le sonrió y obedeció.

Se dio la vuelta, olvidando por completo a Valeria y se fue por una esquina. La ojimarron siguió su camino con los ojos y ahora estaba indignada, ¿Tan poco importante era? Se resignó y volvió los ojos a la peli negra, Yuri no sonreía ya, pero sus ojos negros estaban clavados en ella.

-Si me disculpas- hizo un ademán para que se apartara, pero Yuri no movió ni un pelo, es más, se recostó en su casillero.

-Yo estoy cómoda, podrías irte tú a otro lado- comenzó a mirarse las uñas en un acto despreocupado, Valeria rechinó los dientes.

-Yurielkys, es mejor que te hagas a un lado- le dijo acercándose a ella, Yuri la fulminó con la mirada.

-Oblígame, Ramírez-

Valeria no habló más y la tomó por la cintura, tan rápido que la peli negra no alcanzó a reaccionar, para apartarla de su casillero y abrió la puerta mientras escuchaba los chillidos de Yuri.

¿Quién te crees tu para tocarme?! ¡Idiota! ¡Imbécil! ¡Fenómeno!- cada vez que gritaba pegaba un pisotón en el piso, ahora sí que parecía una niña malcriada.

Valeria sacó algunos libros y cerró la puerta, observó a Yuri y vio que ella tenía las mejillas coloradas de tanto gritar. Pensó que se veía hermosa, incluso toda enojada. Pero se marchó por el pasillo, dándole la espalda.

Ramírez, no me ignores!- escuchó que le gritaba y no pudo evitar sonreír, no se percató de que su anuario se deslizó de sus brazos y cayó al suelo, se fue sin siquiera notarlo.

El resto del día transcurrió con normalidad y en la última clase se sentía muy ansiosa, cuando se escuchará esa campana seria la libertad de todos. El único detalle negativo era que no encontraba su anuario y era muy importante para ella, ya que allí tenía anotada las dos dedicatorias de sus mejores amigas. Aunque igual se iban a ver todos los días del verano, Valeria quería tenerlo para guardarlo.

-¿Segura que ya revisaste todo los lugares?-preguntó por cuarta vez majo, habían estado ayudándole buscar el libro, sin éxito.

-Estoy segura.-

-¿Volviste a hacer todo el camino que hiciste hoy?- preguntó Sofía mientras mascaba un chicle.

-Fui a cada lugar en el que estuve hoy- dijo muy deprimida, sus amigas le dieron unas palmaditas en la espalda.

-Bueno, el próximo año volveremos a escribirte algo y estaba vez lo guardo yo- resolvió felizmente Sofía, dándole un guiño.

-¡Si!- exclamó majo muy feliz, sostenía el suyo contra el pecho, como si fuera valioso.

Cuando entraron al salón y Valeria llegó a su mesa, observó con emoción que allí estaba su anuario, lo sostuvo en sus manos y soltó un suspiro.

-¿Ves? Allí esta.-

-Te lo habrás dejado antes de salir- dijo majo, ahora feliz porque su amiga hubiera encontrado lo que buscaba.

-Supongo- dijo no muy convencida y así estuvo el resto de la clase, con la duda.

Todos parecían realmente ansiosos, incluso la profesora observaba su móvil con disimulo, verificando la hora.

-3... 2... 1- comenzaron contar todos y luego -¡YA!-

En ese momento se escuchó el timbre y todos los gritos de los estudiantes mientras algunos lanzaban los cuadernos al aire. Valeria recibió abrazos de sus amigas y todos comenzaron a salir del salón.

Ya en el aparcamiento las chicas debían de esperar a la mamá de Valeria que venía por ellas, para celebrar su último día tendrían una noche de chicas en su casa.

Todos los estudiantes reían y gritaban, logró visualizar a Yuri que casualmente no quitaba sus ojos de ella. Valeria tragó nerviosamente.

-¿Qué sucede?-preguntó majo, observando el nerviosismo de su mejor amiga.

Valeria no respondía y casi de inmediato sintió su anuario quemarle las manos.

Lo abrió y fue hasta su foto, ahora completamente alterada: en su rostro había dibujado con marcador un mostacho y un parche de pirata; junto con un sombrero de payaso, alrededor había grandes corazones y la palabra "loser" escrita varias veces.

Valeria fue hasta la tapa y una hoja después de la dedicatoria de sus amigas, estaba la hermosa letra de la peli negra. Decía: "Espero que pases unas vacaciones en el salón de belleza (lo necesitas) y por favor rómpete una pierna (literal), Cuídate, fenómeno, Con gran desprecio tu queridísima no amiga, Yurielkys ojeda" y junto aquel discurso había un dibujo de ella misma, con la cara repleta de bellos y una barriga enorme.(Ew) Valeria enrojeció y cerró el libro de golpe. Levantó la mirada, furiosa, y observó con desagrado cómo Yuri reía al ver su reacción, para después lanzarle un beso y subirse al carro de los padres de Manuel con unos amigos.

La ojimarron lanzó el libro contra el piso.

Yuri!- gritó con todo lo que pudo y sus amigas la observaron, alarmadas.

Tendrían que comer mucho helado esta noche, para así calmar el humor de su mejor amiga.

Esa Yuri me cae mal ¿a ustedes también?🫠🤌🏼

Rivales-adaptación-(Yuleria)Where stories live. Discover now