Parte 27

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Duncan terminaba de peinar su cabello y de arreglar su corbata, sintiéndose el hombre más afortunado del mundo por estar a menos de una hora de casarse con el gran amor de su vida, Will Graham.

Cuando se miró al espejo una última vez, de repente prestó mas atención de la que debía a la arrugas cerca de sus ojos, las líneas en su frente y su cabello canoso. Al notar todos sus signos de avanzada edad, la sonrisa que traía se le fué desdibujando de a poco.

"¿Qué era lo que un joven tan atractivo como Will había visto en un anciano como él?" —pensó.

Duncan tocó las bolsas de sus ojos y su barba blanca, deseando poder hacer algo para no lucir tan "viejo" para Will en este día tan especial e importante para él.

"Quizás lo más adecuado sería mandar a retocar las fotos después, o al menos en donde él apareciera" —ideó subiendo la camisa para ocultar los pliegues de su cuello.

Will observó sujeto a los pilares de la puerta a Duncan examinándose con esmero. El mayor se veía muy guapo, elegante y varonil con el traje a su medida. Además de oler exquisito. Will se preguntó qué debió haber hecho bien en otra vida para encontrarse a un hombre como Duncan Vizla en esta.

—Por favor que llegue la noche ya porque no resisto más —dijo Will posicionándose frente a Duncan.

—Will.

Duncan se avergonzó un poco al pensar en que Will lo haya estado observando mientras cavilaba dentro de sí.

—Soy el hombre más suertudo —alagó Will arreglando el cuello de la camisa de Duncan que se encontraba más arriba de lo apropiado.

—Will, tengo que hacerte una pregunta.

—Te escucho.

Duncan tomó las manos de Will, haciendo que el menor le prestara toda su atención.

—¿Estás seguro de querer casarte con alguien como yo?

—¿A qué te refieres?

Will pudo notar la preocupación en la voz de Duncan.

Duncan tomó los hombros de Will y lo giró frente al espejo.

—Eres como una escultura griega que ha tomado vida entre los hombres, tan joven y lleno de vida. Con una personalidad cautivante. El joven más bello que he conocido jamás...

Will no se miró a si mismo, en su lugar observó a Duncan en el reflejo intentando descifrar el porqué de su pregunta y la aflicción camuflada en sus palabras.

—¿Qué ocurre Duncan? ¿Acaso estás dudando en casarte conmigo?

—Para nada —dijo Duncan en un tono apacible a pesar de su repentino malestar interior—. Sólo quiero que seas consciente de la decisión que estás a punto de tomar.

—Lo estoy hace mucho, ¿de qué estás hablando?

—Míranos.

—¿Qué se supone que quieres que mire? —preguntó Will señalando el espejo— Veo al hombre que amo detrás de mi más guapo que nunca y a mí en un traje gris con rayas grises a punto de unir nuestras vidas en sagrado matrimonio para siempre. ¿Cuál es el problema?

Duncan volvió a girar a Will por sus hombros.

—¿Estás completamente seguro de casarte conmigo Will?

Will suspiró.

—Lo estoy. Estoy completamente seguro de querer envejecer a tu lado Duncan.

—Envejecerás tú porque yo ya estoy viejo Will.

Just a little bit olderWhere stories live. Discover now