Izuku iba camino a la Universidad, era un día nublado y estaba ventilando. Él al salir de su casa no sintió frío y creyó que sería un día caluroso como los anteriores (ya saben, febrero loco y marzo otro poco), todo por no checar los pronósticos, y se fue en un short de mezclilla y una playera verde limón con una estampa de un limón amarillo en la parte de arriba a la derecha de dicha playera.
No llevaba suéter y de verdad que iba temblando. Siempre subía caminando a su universidad, solo le faltaban 10 minutos para llegar.
—Ya no aguanto… —Susurró para si mismo abrazándose.
De pronto un carro paso a un lado de el y se paro, el volteo y era un chico demasiado atractivo que lo estaba mirando con el ceño fruncido.
—¿Me habló? —Dijo retirándose un audífono de su oído.
—Ten. —Le lanzo por la ventana una sudadera blanca con negro—. ¿No viste los pronósticos de hoy? ¿o eres idiota que no notaste que hacía frío? pareces perro caminando y temblando.
—¿Eh? —Dijo verdaderamente confundido ahora con un suéter ajeno en su mano.
El chico rubio solo le hizo una seña con la mano y se fue en su auto.
—¿Ese idiota acaba de decirme perro? —Dijo ladeando la cabeza (como un perrito confundido) y miro aquel suéter—. Bueno…
El tenía frío y pues un desconocido le había dado un suéter, claramente ofendiendolo, pero que más hacia.
Se quitó la mochila rápido y se lo puso, le quedaba grande pero eso era lo de menos.
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Llegó por fin a su facultad, fue directo a su salón y se sentó en su habitual asiento. Ahora se sentía más calientito. Su amiga Ochako y su amigo Tenya aún no llegaban así que se puso a ver Facebook. Metió la mano en el suéter y sintió algo así que lo saco para revisar, era aún papelito que decía:
"Bakugō Katsuki 834 xxx xxx Instagram: bkg.kats"
¿Eeeeeeeeh?
—¡Hola! —Llegó su amiga saludando muy alegre como si no fueran las 7 de la mañana de un lunes—. ¿Qué es eso?
—Ah. —Miró el papelito—. Bueno hace rato que venía me pasó algo…
—¿Qué? —Preguntó curiosa sentándose atrás de él.
—Esperemos que llegue Iida-kun para contarle también.
—¿Quéééé? —Se quejo tirándose en su banco.
—Buenos días. —Llegó justo a tiempo el chico de lentes saludando como comúnmente lo hacía.
—¡Por fin! —Dijo la castaña como si no acabará ella de llegar también—. Izuku-kun tiene algo que contarnos.
