Nadie contaba con la repentina aparición de Rang Myah tras cinco años del accidente que terminó por manchar su imagen a nivel nacional. Algunos la creyeron una diosa y otros una lunática, pero Jeon JungKook la creyó una leyenda.
Tal vez porque final...
No pude escandalizarme, ni siquiera lo intenté. Estuve tan sorprendida que no tuve oportunidad de reclamar por su impulsividad (si es que puede llamarse así), y en el instante que se separó de mí, brotó una risa para marcharse en busca de un batido proteico. Lo que me deja a mí en esa enorme sala solitaria con las dudas sonando más fuertes que nunca.
¿Qué había pasado?
En mi mente aún no asimilo lo ocurrido y me veo impaciente porque él llegue lo más pronto posible, siendo que necesito conversar de lo que hizo.
—Uy, roja, ¿estás enfadada? Basta un poquito más para que explotes —capto su figura adentrarse sin prisa en la sala en lo que sorbe de su pajilla el batido con apariencia a leche chocolatada—. ¿Quieres un poco? Está bueno.
El ofrecimiento de su batido se ve neutral, pero con ganas de querer joderme ya que hay algo juguetón en su tono. Sin embargo, acaba exponiéndose con una risa que llena el lugar y parecía estar aguantando desde que salió del elevador.
—¿Por qué? —exijo saber en medio de un tono normal— Sigues estando con HaYoung, y yo no me incluyo en planes de ser la piedra de una relación.
Y aunque tengo razón hasta cierto punto, lo curioso de todo es que no me sentí haciendo algo incorrecto. De seguro el enojo que le tengo a HaYoung tras el asunto de la libertad condicional me logra disipar ese sentimiento de amargura por una presunta infidelidad a la que fui incluida sin un aviso previo, de seguro porque en mi cabeza estoy convencida de que se lo merece con todas las palabras.
—HaYoung jamás fue mía, Myah —su confesión me obliga a fruncir el ceño—. No es necesario escandalizarse por un vínculo que ya no funciona. Esa estúpida relación se fue a la mierda antes de que sucediera el accidente. —me tiro el cabello hacia atrás de cierta manera, frustrada. Deshago la envoltura de un caramelo de albaricoque que tenía en el bolsillo de mi chaqueta y lo adentro en mi boca— Pero extrañamente seguía siéndole fiel, hasta ahora.
—No debías besarme, no tenía sentido.
En lugar de ofrecerme respuestas, me enseña la conversación de HaYoung y por primera vez, encuentro un demonio dentro de la chica con apariencia de ángel, siendo también el motivo por el que varios pilotos sientan envidia por JungKook; y que si vieran este lado, nadie querría estar cerca de ella.
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—¿Promiscuo?
No tiene sentido llamarlo de tal manera, si en su palabra encontré sinceridad al decir que no le había fallado en ningún momento de su relación. Tal vez sea más cuestionable su físico, pero es sólo la portada de un libro mal contado.
