4. Un juego divertido 2/1

166 61 10
                                    

"Por tratar de ser la cazadora me convertí en la frágil presa"
-----------------------------------------------------------
Jane:

Fue un día duro, de pensar que solo es el primero.

La alarma de mi celular sonó. Me puse la almohada en la cabeza. No quería levantarme. Tenía mucho dolor de cabeza. No sabía cómo había podido dormir.

—Jane, ¡despierta! —dijo Amaya, no me jodas, le tiré una de las almohadas —. ¡Ey!

—No quiero —me quejé —. ¿Quién te dejó entrar?

—Tu madre, —dijo. —Hoy es la fiesta, ¿recuerdas? —no puede ser, justo cuando quería dormir.

No quiero faltar el primer día.

—Vale, vete adelante ya me levanto —me senté en la cama.

—Bueno, tienes 10 minutos para areilarte vamos.

—Pero...

—El tiempo corre, tic, toc, tic ,toc —me reí de lo último que había dicho, pero era verdad, debía apresurarme.

Me levanté sentía que pesaba toneladas. No podía conmigo misma y eso que era delgada. No puedo negar que la ducha estuvo muy buena. Lo necesitaba. El agua corriendo rápidamente por todo mi cuerpo. Se sentía liberador.

Escogí un outfit sencillo y mis tenis Converse que nunca me fallan. Tomé la misma bolsa para la cintura del día anterior.

—Listo —Amaya me miró —. Nos vamos.

—Claro —dijo y me jalo de la mano para salir.

—¿Me explicas por qué estamos corriendo? —mi voz estaba algo agitada de correr, estábamos atravesando el bosque.

—Porque vamos tarde.

—Me dijiste 10 minutos.

—Y te demoraste 20 —no proteste más. Era mi culpa.

Era genial salir a trotar en las mañanas, hacía buen tiempo que no lo hacía. Lo iba a retomar, seguro que me serviría de mucho.

Después de correr media hora, llegamos a una parte del campus. Estaba muy llena, casi había que empujar a las personas para qué nos dejarán pasar. Si había algo que odiaba era la multitud. Después de empujar a quinientas personas llegamos lo más cerca que pudimos. Tanto espacio y querían estar pegados pasando calor.

Algún tipo de conejo extraño salió al frente de todos —¡Buenas, buenas! —hasta que llegó —. ¿Listos para los juegos?.

Voces me aturdieron cuando todos gritaron —¡Sí!

—Para este primer juego necesitamos al lobo, al detective, un doctor y las presas. —lo que me faltaba un juego infantil, hubiera traído mi capa roja y jugábamos a Caperucita —. ¡¿Están listos?!

—¡Si! —volvieron a gritar todos.

—¡¿No los escucho?! —añadió.

Imbécil que yo si los escucho, tenía ganas de tirarle un zapato o algo para que se callara.

—¡Si! —joder, no se callan.

—Bueno ahora todos los que quieren participar se pasarán por aquí poniendo su nombre en un papel. Yo escogeré quien será el lobo, el detective y el doctor. —todos corrieron a poner sus nombres. Aunque algunos con cerebro se quedaron parados conmigo.

—¡Vamos! —Amaya me jalaba del brazo.

—No —me negué una y otra vez.

Aunque me convenció. No podría estar tan aburrido. Además, me arrastró hacia haya mientras me hablaba de su novio.

PERFECTA DESTRUCCIÓN [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora