-quiero disculparme contigo por lo que sucedió el otro día en ese bar-habló Yuta nervioso.
-Todo quedó olvidado, admito que también tuve un poco de culpa por aceptar esa bebida, aún asi, si prometes nunca volver a llevarme a un lugar como ese todo está bien-le dijo Megumi con una pequeña sonrisa.
Yuta asintió y le devolvió el gesto.
Después el timbre de su escuela sonó y Megumi volvió a su salón.
-Tengo que pensar en algo para dejar fuera del camino a Yuta-se dijo así mismo Sukuna que había visto a ambos chicos juntos.
Lo pensó un rato y después una loca idea cruzó su cabeza.
-¿Eh?¡¿Que quieres que!?-gritó la joven rubia luego de escuchar la petición del peli rosado.
-Es un mini favor-intentó convercela.
-bueno...esta bien-aceptó la joven.
-eso significa que ¿si conoces a alguien que pueda estar interesado en el?-
-Si, pero...esa chica en verdad está loca-Advirtió Yuki.
-No importa, llámale-ignoro su advertencia.
Yuki asintió y saco su celular para llamarle a esa chica. Luego de que la convenciera arreglaron una cita para ella y Yuta. Sukuna fue a buscarlo a su salón para darle el recado de que una chica lo había invitado a comer.
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Yuji y Megumi seguían afuera de la escuela esperando a que Sukuna llegará, pero como no fuera así, ambos hermanos decidieron irse solos en autobús.
Cuando llegaron, Satoru e Toji estaban en la casa preparando la comida.
-!llegan justo a tiempo!-les dijo Satoru luego de verlos entrar.
-¡Genial, moría de hambre!-Yuji sonrió y fue a sentarse en una de las sillas.
-Sukuna dijo que no lo esperáramos así que vamos a comer-avisó Satoru y llevo a Megumi a la mesa.
Cuando terminaron de comer Megumi ayudo a recojer los platos y Yuji volvió a su cuarto. Toji se despidió de su familia para volver a su trabajo, Satoru fue a su estudio para continuar trabajando desde la computadora.
Al llevarla noche, Megumi salió de su cuarto luego de darse un baño, la puerta de su casa se abrió y Sukuna entro acompañado de una joven.
-¡Llegué familia!-Saludo el mayor.
Satoru salió a recibirlo, además que Sukuna le presentó a la joven, también ella le dio una caja de dulces a Gojo. Megumi desde una esquina observo toda esa escena y no pudo evitar sentir celos y confusión por lo que acababa de ver. Molestó, volvió a encerrarse en su cuarto.
Que tan inmaduro podía ser por fijarse en Sukuna, su medió hermano, alguien que no se preocupaba más que por el mismo y además de eso, era un coqueto con cada mujer que se le atravesará en el camino. Megumi no comprendía su actitud así él, primero le daba un poco de su atención y después lo ignoraba por completo como lo hace con Yuji, las cosas no estaban bien, no claro que no, y Megumi cambiaría eso.
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