3. Huracán

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¿Qué demonios estaba sucediendo con él?

Él simplemente había reaccionado de la manera más inesperada ante una situación que le estaba poniendo los nervios de punta. Había estúpidamente pensado en comprobar si aquel chico lindo y testarudo era igual a H, pero desde el momento en que sus labios se encontraron, se había dado cuenta que no.

Dan no era H.

Y algo dentro de él se acomodó de alguna manera y se arrastró hasta las fibras más intrínsecas de sus adentros. Quizá por eso pidió permiso para profundizar ese beso, quizá por eso tomó al chico de la cintura y lo pegó a su cuerpo importándole una mierda su edad o que llevaba tan solo un par de horas de conocerlo.

Cuando vio por primera vez a Dan en la fiesta, había sentido un nivel de atracción innegable, pero cuando la nueva información acerca de él le fue revelada, había pensado que eso lo cambiaba todo, porque demonios, H había sido alguien importante para él y la forma en la que las cosas resultaron con el hombre no había sido fácil ni agradable, y enterarse que el chico bonito era su hermano, lo había enviado un poco al infierno durante la última parte de su trayecto.

Por supuesto que Dan no tenía idea de por qué estaba tan alterado con eso, y tampoco estaba seguro si debía explicarlo en ese momento o en algún otro, porque estaba muy seguro que el chico no iba a querer tener nada que ver con él. Quizá por su edad, quizá por lo bastardo que había sido al besarlo tan de repente.

Aún así no pudo evitar encenderse cuando Dan, en medio de su renuencia ante el acto, le correspondió por unos momentos. Todo su cuerpo se tensó ante la suavidad de su cavidad y el dulzor en su saliva. Nada mejoró al sentir claramente la erección del chico chocar contra su muslo cuando lo había apretado un poco más a él, pero el contacto tuvo que ser roto en algún punto pese a que era lo que menos quería y Dan, entre cabreado y caliente según lo definiría él, lo abofeteó.

Jaekyung sintió que lo merecía. Sintió que estaba recibiendo lo que se merecía por su acto impulsivo, pero eso no hizo que lamentara menos tener que soltarlo y alejarse de él. Tampoco fue fácil tener en la mente el pensamiento absurdo de que si hubiera sido cualquier otro chico en lugar de él, no se habría apartado y habría tanteado el terreno para saber si podía conseguirlo esa noche para sí mismo.

—Me lo merezco —dijo, tratando de que sonara como una disculpa, sobándose la mejilla donde la mano de Dan había hecho su impacto.

La mirada que el chico le devolvió fue mordaz, sin quitarle la apariencia adorable y sensual, porque llevaba las mejillas absurdamente rojas; los labios hinchados, rojos y apetecibles; así como el cabello ligeramente despeinado.

—Sí, te lo mereces —dijo Dan con severidad, pero dejando entrever un poco lo afectado que había quedado por el beso.

No supo muy bien si le había afectado para bien o para mal, como trataba de aparentar. Y entonces el chico simplemente entró al edificio azotando la puerta detrás de él y desapareciendo rápidamente.

Jaekyung permaneció durante un par de minutos mirando hacia la puerta cerrada, sintiendo leves cosquillas en los labios y en las palmas de las manos, pensando en lo que había hecho. Pensando que era algo así como una broma un poco cruel que Dan y H estuvieran relacionados de forma sanguínea, y jodiendole muy adentro haberse comportado como un idiota, privandose tal vez de la oportunidad de llegar a conocerlo mejor.

Su hilo de pensamiento fue tomando otro camino hasta llegar a la expresión altanera de Hyesung y la de terror de su amigo Dojin, haciendo clic en su cerebro y dándose cuenta que había olvidado que aquellos dos estaban en medio de algo, algo por lo que prácticamente él se había ofrecido a llevar a Dan.

Tender Love | Jinx ©Where stories live. Discover now