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MIENTRAS KENMA Y Mai se dirigían al pabellón, los del Nekoma se dirigieron de igual manera a dicho lugar. Esperando al teñido y a su supuesta novia.
Kuroo se apoyó en Yūki, posando su brazo encima de su cabeza. El segundo suspiró mientras sentía el peso de su capitán encima suya.
—¿De verdad creéis que Kenma tenga novia? —preguntó de pronto Kuroo, mirando a su equipo. Lev se encogió de hombros.
—No creo que Kenma sea alguien que mienta porque sí —respondió Lev, agarrando uno de los balones y pasándoselo a otro del equipo, quien recibió rápidamente el balón—. Si él dice que tiene novia, pues es que la tiene.
Los demás del equipo dudaron.
—No lo sé... —dijo Kuroo, ladeando la cabeza—. Pero esperaré a que aparezca Kenma para confirmar sus palabras.
Lev asintió, de acuerdo con él.
Yūki agarró uno de los balones y comienza a pasársela a Kuroo, iniciando así el entrenamiento.
Kenma, por otro lado, caminó por los pasillos del edificio para salir del lugar y poder dirigirse al pabellón. Mai observó todo mientras caminaba junto a su novio.
Por ahora el colegio estaba siendo muy grande. Mai no pudo evitar sentirse nerviosa ante el hecho de que podría perderse.
—¿Falta mucho? —preguntó Kamado, acercándose a Kenma. Éste negó.
A ojos de otras personas pareciera que Kenma quisiera que Mai estuviera lejos de él, pues por su comportamiento se "notaba" que quería no tenerla cerca.
Pero, lo que nadie sabía, es que ambos eran personas muy reservadas, calladas y tranquilas. Ninguno de los dos tenía que estar hablando con el otro las veinticuatro horas del día, porque saben que con la simple presencia de su contrario es más que suficiente.
Kenma amaba lo tranquilo que podía estar con Mai a su lado. Podría estar absorto en sus pensamientos, pero teniendo a su novia a su lado.
Mai ama el hecho de que no hacen falta las palabras entre ellos, el silencio cómodo que los acompaña siempre es más que suficiente. La presencia de Kozume le sirve para simplemente estar tranquila.
Y, entre tantos pensamientos, Kenma se detuvo frente a un gran pabellón. Mai tragó saliva con esfuerzo y miró a su novio.
—Tranquila —le dijo Kenma, asintiendo—, son buenas personas.
