II

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Los días se convirtieron en semanas, cuando menos se habían dado cuenta, Harry había conseguido ser un pequeño sirviente muy obediente y confiable dentro de lo que cabía, aún con ciertas torpezas como tropezar o chocar con algunos muebles pero aqu...

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Los días se convirtieron en semanas, cuando menos se habían dado cuenta, Harry había conseguido ser un pequeño sirviente muy obediente y confiable dentro de lo que cabía, aún con ciertas torpezas como tropezar o chocar con algunos muebles pero aquello solamente le daba gracia al rubio así que no le molestaba.

Harry golpeó un par de veces la puerta de color blanco que tanto había visto esos días, espero algún sonido para poder pasar hasta que llegó, el habitual gruñido del niño Malfoy que era una afirmativa pra que pasara, así lo hizo, abrió la puerta y caminó para entrar, allí estaba Draco, un infante que simplemente estaba recostado en su cama, una pierna fuera del colchón y un brazo encima de su cabeza para protegerlo del sol.

—¿Qué quieres? —Preguntó Draco con molestia, quería seguir durmiendo.

—Tu tutora de piano te esta esperando en el cuarto de aprendizaje. —Habló con un poco de torpeza, se notaba aún era nuevo en ese trabajo pero intentaba mejorar. —Tiene que ir, su madre lo ordena.

—Ve tú en mi lugar, yo que sé. —Dijo fastidiado mientras se daba vuelta en la cama para darle la espalda.

Harry se acercó un par de pasos e hizo lo que la señora Narcissa le había aconsejado cuando Draco no quisiera levantarse de la cama: se acercó levemente, inclinándose en el colchón de forma que el rubio no se diera cuenta de la cercanía, agachó su cabeza y dió un soplido leve en la oreja del niño quien de inmediato dió un salto encima de la cama por la sorpresa y nervios, miró a Harry con furia mientras sostenía su oreja como si quisiera protegerla del pelinegro que lo miraba con atención.

—¡No hagas eso, estúpido! —Gritoneo molesto, odiaba que hicieran aquello, levantó su mano con signo de querer abofetear a Harry quien, como si fuera una costumbre, apenas vió la mano levantada de Draco se hizo más pequeño, llevó sus brazos a su cabeza para protegerla y soltó un aliento de miedo que no paso desapercibido, Draco detuvo su mano a unos centímetros del niño, mirándolo con atención para terminar por fruncir el ceño, bajo el brazo y desvió la mirada.

—Ya voy ir, salte. —Ordenó y Harry se enderezó rápidamente para irse de la habitación aunque era costumbre que le ayudara a cambiarse de ropa al joven amo.

Draco miró la palma de su mano con la que iba a golpear a Harry y aunque no era la primera vez que era violento con alguien de su edad porque siempre acostumbraba mostrar su autoridad con otros infantes de esa forma sin sentir algún estilo de remordimiento, esta vez lo experimento por primera vez, hubo algo en esa reacción que le hizo sentirse incómodo consigo mismo y pensar que no estaba bien hacer eso.

Se alistó para ir con su tutora y estudiar, hacer aquello era común, mientras él estudiaba modales, instrumentos musicales y sobre magia para prepararse a entrar a Hogwarts en un par de años, Harry estudiaba con los sirvientes y mayordomos de la mansión para aprender cómo comportarse y ser un buen sirviente y acompañante.

El Sirviente De La Mansión MalfoyWhere stories live. Discover now