NOCHE

414 45 30
                                    


Sí, era un restaurante muy lujoso. Le sorprende que algo así estuviera en el infierno, muy bonito la verdad.

Nada más tenía dos personas que atendían. Y lo peor es que también eran los chefs.

Estaban sentados en una mesa para dos. Sorprendentemente ya estaba decorado con rosas rojas, pétalos por todas partes, corazones en el mantel, velas amarillas con un aromatizante muy adictivo.

Un ambiente excelente.

-Vaya, ¿Cómo le hiciste tan rápido como para decorar?- Sorprendido preguntó.

-Oh, pues... Hice éste restaurante, justamente para mi esposa... Quería que pasáramos un tiempo de nada más nosotros dos, era unos buenos tiempos- Respondió con tanta nostalgia, su rostro se suavizó demasiado, parece que extrañaba esos momentos.

Alastor se preocupó, era la primera vez que veía a éste tipo con tristeza.

Tal vez... Debería animarlo un poco.

-... Yo cocino- Se paró de su asiento.

-¿Cómo dices?- Dejó a lado sus pensamientos y lo volteó a mirar con curiosidad.

-Voy a cocinar, tengo una receta que nunca falla- Caminó hacia la cocina.

-Pero...- Se paró también de inmediato a seguirlo.

-¿Vas a negarle algo a tu cita?-

-... Entonces te ayudo- Volvió su típica sonrisa.

-No necesito ayuda- Dijo indignado.

-Vaaamos- Se acercó por detrás para rodear sus brazos por su cintura y abrazarlo.

Alastor dió un pequeño brinco por el repentino acercamiento del otro, empezó a ponerse nervioso. Era tan patético cuando se ponía así.

-... Bueno, de todos modos no te puedo negar nada en esta situación- Sin mirarlo con un sonrojo grande y su sonrisa nerviosa.

-Y tienes toda la razón- Rió gracioso.

-Bueno, ¿Sabes hacer arroz?-

-Claro, yo le cocinaba a mi Charlie siempre- emocionado se separa para empezar a cocinar.

Alastor rió con ternura, muy lindo de su parte.

-Entonces ve haciéndolo, yo prepararé el caldo-

-¿Y qué vamos a hacer exactamente?-

-¡Jambalaya! Una de las mejores comidas que hay- Con alegría en sus ojos respondió.

-No lo conozco pero ¡Bien!-

Ambos rieron y comenzaron a cocinar. Ese ambiente era de lo más bonito que hayan sentido.














No había muchas personas, pues como era entre semana todos estaban ocupados con sus patéticos trabajos, como él. Pero bebiendo una botella de alcohol barato ya que fue el primero que encontró.

Al menos podía ahogar sus penas en alcohol, ya no quiere pensar en Alastor, ¿Cuántas copas tiene que tomar para olvidar? Carajo.

-Parece que no hay papis tan ricos hoy- se acercaba un alto y afeminado hombre a la barra con un rostro de decepción.

Genial, esperaba no lidiar en ésta situación con personas desesperadas.

-Oye guapo dame un trago- Dijo coqueto.

Husk con desagrado le sirvió en una copa acercándolo hacia ese hombre pero éste lo detuvo con su mano larga y suave.

-Yo decía de tu boca papi- Se mordió el labio y se acercó más al mayor insinuando su cercanía como algo necesario.

"Paraíso"Where stories live. Discover now