"Estupido y Sensual Campamento"

Capitulo 43: MI PSICÓLOGO JACE

Estaba furiosa, echaba humo por las orejas. ¿Acaso sabe algo de Max?¿Esa bruja me conoce más de lo que pensaba? No puede ser, nunca me descuide tanto como para darle información. ¿Ian le habrá dicho algo? NO! Imposible, él jamás me traicionaría de esa forma.

Necesito verlo.

Tire el sobre en la basura y con prisa salí de la cabaña. Tiene que estar oh en su cabaña o en las canchas con los chicos. No corría para evitar llamar la atención, pero mis pasos eran veloces y decididos. El sol resplandecía en mis ojos asique lleve mi mano y hice sombra. Entonces siento que empujo a alguien por accidente.

- Wow linda ¿por qué la prisa?

- Ahora no Jace - dije sin dejar de caminar, asique se vio obligado a seguirme el paso - ¿has visto a Ian?

- No me lo creo ¿vas a terminar con él?

-¡No!

- Okey ¿y por qué tan seria?

- Cosas mías, ya se me van a pasar...

- Ah claro...

De repente Jace obstruye mi camino poniéndose enfrente y extendiendo sus brazos me toma por los hombros. Su ceño estaba fruncido en señal de reprobación.

- Si algo sé de Jessica Welch es que siempre complica las cosas y termina enredándose en una situación que de por sí no tendría por que importar. Ella no confía mucho en las personas y tampoco en si misma, aunque diga lo contrario. Jessica Welch definitivamente da más vueltas que una calecita...

- Estoy aquí, no me trates como tercera persona...

-Shhh no termino - dijo ahora sonriendo divertido - Jessica Welch se preocupa por tantas cosas que puede llegar a ser insoportable. Y el verla enojada es insoportable hasta para mí, ya que no puedo ver esa sonrisa que me anima día a día y me recuerda que no todas las personas son malas. Asique deja de joder y no pienses en nada, solo disfruta y vive el momento.

- Jace eres un... 

No pude completar la frase, estaba procesando todo aquello que acababa de oír. En menos de una semana ya volvería a casa, en cuatro días sería navidad, estos son los días que tengo que ser egoísta de a momentos y pasármela bien dejando de lado lo demás.

Y con tan solo esas palabras de Jace, recién puedo darme cuenta de eso.

Maldito, siempre da en el clavo.

Lo abracé emocionada. Unos gritos de lejos se oyeron y enseguida retumbaban pasos en nuestra dirección. Ian apareció, tomo mi muñeca, empujo a Jace a un lado y como si quisiese protegerme me acurruco en su pecho.

-¡No toques! - le dijo - respeto su amistad y todo pero no se sobrepasen.

- Parris por favor, solo era un abrazo.

- Parris por favor solo era un abrazo - repitió burlándose con la voz finita - abrazo o no, no me importa ¡no es no!

Rendido, a Jace se le escapo un suspiro pesado y con la mano se despidió.

Camine tomada de la mano con Ian, en silencio, hasta la playa, nuestro lugar favorito lejos. Ya estaba anocheciendo, las olas chocaban casi sin fuerza unas contra otras, los grillos comenzaban a cantar en las partes donde el sol ya no llegaba y las aves volaban hacia sus nidos en busca de refugio. Nos descalzamos de forma que nuestros pies sintieran los últimos momentos cálidos de la arena. Era tan reconfortante esa sensación. Ian me tomo por la cintura cargándome sobre sus hombros.

- Dicen que el agua a pocos minutos de que anochezca es tan cristalina que te hace llorar de la emoción.

- Ian nono, bájame, no quiero mojar la ropa voy a morir de frío.