Epílogo

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Daniela

2 años más tarde...

Hoy 20 de Marzo nos casábamos.

En teoría, la boda estaba programada para antes, pero estos dos últimos años habían cambiado bastantes cosas y no teníamos tiempo. Thiago estaba con bastantes partidos por diferentes países y yo le acompañaba a los que podía porque yo también tenía bastantes campeonatos.

Cuando los dos dejamos de estar tan ocupados, empezamos a planear todos los detalles de la boda. También nos mudamos a Miami, ya que a él lo habían fichado en un equipo de aquí y yo tenía más peleas porque era una de las mejores boxeadoras de Estados Unidos.

Mi familia y amigos habían viajado a Miami para venir a la boda y pasar unos días con nosotros. La casa que compró Thiago era muy grande por no decir que parecía una mansión. Tenía dos plantas, en la primera estaba el salón, la cocina y una habitación para que yo pudiera entrenar y en la segunda había muchas habitaciones. También había un jardín muy grande y una piscina. Por lo tanto, nuestros amigos y mi familia se quedaron alojados en nuestra casa.

Estaba en el jardín con mi mejor amigo mientras los demás jugaban a fútbol y tomaban el sol. Me sentía un poco extraña, estos días había estado agotada con las decoraciones de la boda y con algunas entrevistas. Me levanté un poco mareada y fui al lavabo a mojarme un poco la cara. Me miré al espejo y me quedé pensativa.

¿Y si tal vez estaba embarazada? No, no creo que fuera eso.

Bajé al salón y en vez de ir al patio con mis amigos, me dirigí a la cocina y ayudé a Thiago con la comida. Me había dado varias clases de cocina y ahora se me daba mejor.

—¿Has dejado solo a Lucas?—me preguntó

—Sí. Necesitaba ir al lavabo—le respondí

—¿Estás bien? ¿Te molesta que haya tanta gente en la casa?—me preguntó al ver mi mirada perdida

—No me molesta. Solo estoy un poco abrumada—dije sin importancia

—Si quieres que aplacemos un tiempo la boda, no tengo problema—me propuso, pero negué con la cabeza

—Quiero casarme contigo, hoy. Solo tengo que dejar de pensar—le aseguré

—Sabes, eso es algo que se me da a la perfección—me dijo con una sonrisa en los labios

Se acercó a mi altura dejando de un lado la comida y me atrapó en el mármol, cómo siempre solía hacer. Aunque me agradaba que lo hiciera. Me retiró el cabello de mi rostro y le miré fijamente a sus ojos verdes.

No me dejó pronunciar ni una sola palabra porque al instante atrapó mis labios. Me besó mientras me rodeaba la cintura para que mi cuerpo quedara a milésimas del suyo. Apoyé mis manos en el mármol, pero su mirada me dijo que le rodeará el cuello y eso hice.

Seguimos besándonos hasta que mi hermano apareció para interrumpirnos, pero Thiago y yo le hicimos una peineta a la vez. Entonces, la alarma del teléfono de mi novio sonó y nos separamos.

—¿Ya habéis terminado, tortolitos?—nos preguntó Gabriel

—Yo siempre termino el trabajo con tu hermana a tiempo—le respondió Thiago enseñándole el móvil

Nosotros tres llevamos los platos a la mesa y todos nos sentamos para comer. Estaba bebiendo agua hasta que mi madre soltó repentinamente el tema de tener hijos.

—¿Habéis pensado si queréis tener hijos?—preguntó y casi me atraganto bebiendo agua

—Creo que voy a ir al lavabo un momento—dije como excusa

Corazones en llamas ©Where stories live. Discover now