Capitulo 12

82 3 0
                                    

La noche había llegado y con ello la cita que la castaña había esperado desde la mañana, cuando Ser Harwin fue a buscarla para decirle que la princesa Ellanyra la esperaba en el jardín no se imaginó que la estuviera esperando con la cena lista, en cuanto la platinada la observó se acercó a ella y la tomó de la mano para después depositar un casto beso en sus labios, Alicent rápidamente volteo a todos lados asegurarse que no hubiera alguien cerca que haya presenciado este gesto.

— Tranquilo he pedido a Harwin que prohibiera el paso a esta área de la fortaleza roja, además que ya es tarde para estar en los pasillos, la mayoría de los nobles están en los burdeles — dijo la princesa dejando a la castaña más tranquila.

— ¿Alguna vez te reconocieron? — pregunto Alicent con curiosidad.

— No, digamos que ellos visitan burdeles más refinados — dijo soltando una pequeña risa — aunque no se cómo un burdel podría ser refinado — ambas tomaron asiento, las velas iluminaban con una tenue luz sus rostros.

— Pedí que trajeran cordero y tú pay favorito de manzana verde — la platinada se había esforzado porque todo saliera perfecto y la castaña no podía creer que le prestara atención en las pláticas que tuvieron cuando acompañaba a la princesa a dormir por las constantes pesadillas que tenía, aunque ya no sucedieran todas las noches aún no se iban del todo.

Apreció tal gesto otorgándole una sonrisa a la platinada frente a ella, ambas comenzaron a comer mientras  Ellanyra le contaba  sobre la reunión del consejo cuando le dijo que su padre había apoyado a Rhaenyra tampoco lo podía creer.

Sabía que no quería que Rhaenyra fuera la heredera por el hecho de ser mujer, había llegado al punto en pedirle seducir a el rey para que la hiciera su esposa esto último la tenía preocupada quería contarle a Ella pero sabía que se enojaría antes de poder explicar que ella se negó y que el mismo Rey también se había negado, no quería perder a la princesa y menos cuando todo iba bien.

—Me encantó la cena... Fue magnífica — Alicent le agradeció a la princesa por todo.

— La noche aún no termina — dijo Ellanyra tomando la mano de Alicent para dirigirse a los establos, en el camino ambas reían de los chistes de Alicent y las ocurrencias de Ellanyra, la luna era la única testigo de su sintonía y esas miradas que ambas se daban.

Cuando llegaron se montaron en Morfeo para dirigirse a pozo dragón la mente de Alicent viajó a la primera vez que estuvo así con Ellanyra, solo que esta era una circunstancia diferente, no podía creer lo mucho que su relación había avanzado.

Aunque Ellanyra no le había pedido tener una relación oficialmente le había dicho que lo intentaría, eso para la castaña era suficiente.

Cuando estaban cerca de pozo dragón vio la silueta de Ermaxys afuera, al parecer ya estaba esperando a Ellanyra. La princesa y su dragón compartían un vínculo fuerte que no había necesidad de palabras para que Ellanyra y Ermaxys pudieran comunicarse pues los dioses les habían otorgado esa bendición si unos opinaban o maldición como otros le llamaban.

Ellanyra fue la primera en acercarse para poder acariciar a Ermaxys, este se relajó con el toque de su jinete agachó una de sus alas para que Ellanyra se subiera, pero la princesa en vez de montarlo se retiró para volver a aparecer con Alicent tomadas de la mano, al ver tal escena Ermaxys alzo su cuello y ala haciendo que su silueta se viera aterradora a los ojos de la castaña que se aferró más a la delgada mano de Ellanyra, esta escena solo fue graciosa para la platinada pues Alicent estaba aterrada a diferencia de Ermaxys que al parecer estaba enojado pues no reconocía a la chica definitivamente no era a Aemma o Rhaenyra y mucho menos era Daemon o  Viserys, estos rostros eran los únicos conocidos para el dragón de orbes blancos y no se dejaría acariciar por cualquiera aunque su jinete estuviera de acuerdo.

Promesa TargaryenTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon