Después de la Guerra de Corea, Corea sufrió una terrible devastación económica y Park JiMin tuvo que ingeniárselas para sobrevivir a la hambruna. Y aunque las fechas fueran catastróficas, eso no impedía un poco de diversión, por lo cuál días después...
"Todo es diversión y juegos hasta que alguien se enamora, pero ya compraste tu boleto y ahora no hay vuelta atrás." — Melanie Martinez, Carousel.
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Las ocho y media marcaba el reloj que colgaba de las sucias y desgastadas paredes de la casa. Jimin terminaba de colocarse una bufanda y abrigarse lo suficiente para no pasar frío, por las noches la temperatura disminuía de sobremanera, no podía permitir enfermarse ya que encontrar medicamentos y pagar por ellos era casi imposible.
El lugar no quedaba muy lejos de donde vivía, pero decidió marcharse de una vez, no tenía nada más que hacer y en realidad, ya se encontraba impaciente por llegar. Notó a lo lejos que varios conocidos que ya se encontraban caminando en la misma dirección que él, se apresuró para llegar a uno de sus amigos.
—Hola, Jungkook. —Jimin saludó con una reverencia.
El azabache observó a Jimin con una amplia sonrisa y correspondió ante el saludo.
—Sabía que vendrías. —Jungkook rio bajito y Jimin también. El jóven Jeon mantenía su nariz con un leve rubor debido al frío, se veía muy tierno. El chico era menor que Jimin por solo dos años pero aparentaba tener menos edad, tenía un rostro muy definido, parecía un adolescente y Jimin le hacía burla por eso.
—Sinceramente, solo me interesa la comida. —Jimin sonrió apenado.
—Yo creo que a todos sólo nos interesa la comida, a la mierda la obra.
Respondió a lo que Jimin soltó una gran risotada. Era cierto, la escasez de comida era grave, volvería loco a cualquiera. Jimin pensaba sobre si era posible que en aquel lugar tuvieran comida para todas las personas que asistirían, eran muchas, nadie se perdería tal oportunidad. Entonces, ¿Cómo consiguen la comida? Una pregunta sin respuestas, ni siquiera Jimin podía imaginar de dónde conseguirían tanto alimento, quizás, tan solo quizás eran de clase alta que podían conseguir alimento sin problemas y es una obra de caridad para ayudar al prójimo, especialmente a ellos que se trataban de personas necesitadas. Muy necesitadas.
Llegaron finalmente al lugar y los dos chicos observaron una extensa fila que esperaba para poder entrar a lo que parecía una mansión. Jimin tan solo pronunció la palabra "wow", eran muchas las personas en la fila, miró detrás suyo y aún seguían llegando cada vez más y más. Totalmente sorprendente.
Llegaron a la última persona de la fila y se formaron detrás de esta, luego de un minutos la fila parecía no tener un final. Las personas comenzaban avanzar a paso cauteloso, Jimin y Jungkook estaban a unas cinco personas para ser los siguientes en entrar. No obstante, una discusión comenzó entre dos adultos con el mismo jóven que repartía el anuncio por la tarde. Todos se quedaron callados al escuchar los gritos de la señora.
—¡Por qué mi hija no puede entrar! —la chica reclamó al apuesto jóven de cabello castaño que hacía todo lo posible para no perder el control, la señora estaba haciendo tremendo escándalo.
