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Desde que Jaemin le permitió dormir en la cama incluso como humano, en algún punto de la noche Jeno —estando dormido— se acerca al cuerpito de Jaemin para buscar calorcito. Eso o apoya la mano en su cintura, aunque hay veces que hacía ambas opciones.

Dormía mejor sintiendo que tenía al mayor al lado. Además, el mismo Jaemin le había permitido hacer eso con el argumento de que le ayudaba a quedarse dormido más rápido, por lo que no se molestó en tratar de contenerse.

Y es por esto que esa misma noche, el cuerpo de Jeno volteó hacia el lado de Jaemin y pasó el brazo por ahí esperando tocar su cinturita. Mas no fue así, al estar medio dormido cree que no calculó bien las distancias de la cama y no alcanzó a Jaemin. Por eso se acercó un poco y volvió a intentarlo, notando un completo vacío en ese lado. Toqueteó toda la zona esperando encontrar algún rastro del rubio, y al no hallar absolutamente nada, finalmente abrió los ojos, dándose cuenta de que Jaemin no estaba en la cama.

No le preocupaba no verlo, a veces él sufría insomnio y debía ir a tomar algo para poder dormir bien. Aunque no ver ninguna luz de vela por fuera de la habitación le hacía dudar de ello, así que se levantó para comprobarlo.

Al bajar las escaleras escuchó un quejidito acompañado de varios jadeos. No le hizo falta encender nada gracias a su útil capacidad para ver en la oscuridad, así que él simplemente bajó rápido para ver qué ocurría.

Y ahí, tirado en el largo del sillón, estaba el rubio aguantando las ganas de llorar sin tener puesta la parte alta del pijama, luciendo muy incómodo mientras se retorcía levemente.

Jeno se acercó y rápidamente puso la mano en su frente, notándola sudorosa y a una temperatura inusualmente alta. Había enfermado de nuevo.

—Jae, si te encuentras mal, ¿por qué te fuiste de la cama? Necesitas descansar bien para que se te pase rápido.

El rubio, recién notando la presencia de su compañero, abrió los ojos sintiéndose muy desorientado, aunque no lograba ver mucho por la oscuridad.

—N-no quería contagiarte o molestar t-tu sueño —respondió jadeante con los ojos cristalinos.

Tal vez pueda sonar cruel, pero a Jeno le daba mucha ternura verlo así. Aunque prefería que el rubio no enfermara tanto y le preocupaba que Jaemin tuviera fiebre de manera muy constante.

—Oh, Naana, es muy difícil que yo enferme, y me da igual si me despiertas, sobre todo cuando no te encuentras bien. Es importante que reposes tranquilo y cómodo.

Y a pesar del tono suave de voz que no indicaba nada más que amorosa e inocente preocupación, Jaemin empezó a llorar por sentir que estaba siendo regañado.

—P-Perdón.

—Ya, ya, no te disculpes, no era un sermón —aclaró rápidamente antes de tomar al rubio en brazos con cuidado—. Te llevaré a la camita, ¿sí? Pero quiero que me digas qué te duele esta vez.

Casi muere de ternura cuando Jaemin escondió el rostro en su curvatura a la vez que se aferraba fuertemente a él, como si tuviera miedo de que se fuera (algo que no pasaría).

—L-la cabeza, y un poco la garganta —murmuró.

—¿Quieres que te traiga un paño mojado? —recordando como Jaemin besó sus rodillas cuando estaban lastimadas, él hizo lo mismo, dándole un suave besito en la sien a ver si eso ayudaba a su dolor de cabeza.

Jaemin cerró los ojos muy gustoso por el acto—. P-Por favor.

—Vale, pues necesito que te quedes aquí por un momentito —lo dejó con cuidado en la camita. Estaba siendo extremadamente cuidadoso con sus movimientos y tono de voz porque Jaemin se volvía muy sensible y afectuoso cuando enfermaba—. ¿Puedes aguantar?

Luego de sorber sus propios mocos, Jaemin asintió con lentitud.

Bien, siendo alguien que ha estado presente todas las veces que Jaemin enfermaba, Jeno ya sabía qué tenía que hacer.

Tratar con un Jaemin enfermo es una batalla complicada si eres un Jeno que no quiere hacer sentir mal a su lindo rubio.

Como ya se mencionó, Jaemin se vuelve muy sensible cuando le da fiebre, por lo que Jeno no puede salir así sin más. Una vez lo hizo y Jaemin se pasó horas llorando pensando que lo había abandonado, y no quiere que eso se repita.

Tras varias pruebas y errores, había encontrado la manera de salir de la habitación sin que un enfermito y algo inconsciente Jaemin lo malinterpretara.

Y es así como dejó un besito amoroso en su frente para luego susurrar: —Regresaré rápido —en un tono bastante suave.

Y a pesar de la crítica situación donde quiere atender rápidamente a Jaemin, tampoco podía irse rápido. Tenía que andar lentamente hacia la puerta, y ya una vez que Jaemin no podía verle, aumentó la velocidad de repente para no hacerlo esperar.

Tanto rollo solo para que Nana no pensara nada malo de él.

En menos de un minuto, llegó con un cubito de agua y el paño, pero Jaemin ya se encontraba dormido. Tenía pensado pasarle el paño con agua fría por todo el cuerpo para así quitarle algo de sudor y bajar su temperatura, pero le daba pena despertarlo cuando se veía tan tranquilo. Por eso solo dejó el paño en su frente y volvió a salir para preparar una infusión de plantas medicinales.

Sin embargo, antes de llegar a la cocina se detuvo cuando algo llamó su atención. Justo en el sillón donde se había acostado Jaemin vió pequeñas plantitas creciendo por los bordes.

Antes no estaban, él no las puso y Jaemin estaba muy mal como para haber sido. De hecho, no parecía que fueran puestas ahí de manera manual, sino que crecieron desde dentro del sillón. Pero no es posible que hubieran semillas en los huecos de este y que crecieran tan rápido, ¿no? 

 Pero no es posible que hubieran semillas en los huecos de este y que crecieran tan rápido, ¿no? 

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DEAR TOWER (ADAPTACION) NOMINOnde histórias criam vida. Descubra agora