Preguntas

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La cafetería seguía muy concurrida y el ruido de la gente se mezclaba con el sonido del corazón palpitante de Ángela.

En la casa habitan dos espíritus-la voz de Brigitte era casi como un susurro-Uno de ellos es un niño pequeño y el otro una mujer-Brigitte paró de hablar un momento como si necesitara tomar aire.

-Lo sabía, mi hija no me estaba mintiendo.

-¿Y quienes son?- la pregunta de Graciela hizo que Martín, posara la mirada en la joven y guapa hermana de Ángela.

-Eso es casi imposible de determinar-contestó Martín a la joven con intención de llamar su atención.

-¿Y las pruebas? ¿puedo verlas? -Ángela se imaginaba que el grupo de parapsicología habría reunido grandes pruebas visuales, por fin vería la cara de esa intrigante mujer que acosaba a su hija.-¿tienen fotos?

-Sí-contestó Martín abriendo un maletín de color marrón que casi siempre llevaba con él.-tenemos varias, en una de ellas como puedes ver, se aprecia claramente una especie de niebla blanca, la foto se hizo con una cámara de infrarrojos- al decir esto, Martín miró de nuevo a Gracielita ignorando casi por completo a la ansiosa Ángela.

-¿Una niebla blanca? ¿estas de broma?-Ángela no daba crédito a lo que estaba viendo, en realidad, esta esperaba haber visto la imagen perfecta de una mujer, al igual que esperaba que Brigitte le diera todas las respuestas a las preguntas que le daban vueltas en la cabeza.

-Nada de esto es sencillo, no es nada fácil conseguir pruebas tangibles sobre el mundo de lo espiritual- Brigitte miró fijamente a Ángela adivinando en su pálido rostro la decepción que sintió por las pruebas recogidas.- En realidad la mejor prueba que tenemos es nuestra sensibilidad y las cosas que percibimos a través de ella.

-Pero yo pensaba...

-También tenemos un par de psicofonías de clase A-interrumpió Martín en unos de sus intentos por llamar la atención de Graciela.

-Venga ya ¿en serio?¿podemos escucharlas?- las palabras de Martín por fin hicieron que Graciela se fijara en él.

-Claro.

Martín sacó de su maletín una especie de grabadora con unos cascos, cosa que a Ángela no entusiasmó demasiado, ya que suponía que estas pruebas serían como las demás, y seguramente en estas grabaciones sólo se escucharía un extraño murmullo o algo por el estilo.

Cuando Martín terminó de poner su equipo de grabación en marcha, dio los cascos a Ángela para que pudiera escuchar.

-No se oye nada, ¿Qué tengo que escuchar?

-Cuando lo oigas lo sabrás-Brigitte dijo esto mientras observaba como Ángela cerraba los ojos para concentrarse en lo que estaba escuchando, intentando dejar de un lado el bullicio de la cafetería.

Ángela estaba totalmente concentrada en el murmullo de la grabadora, esperaba sin apenas interés alguna variación casi imperceptible del sonido, y cuando estaba apunto de quitarse los cascos algo la hizo dar un brinco de la silla, incluso tiró todas las tazas que había encima de la mesa.

-¿Qué pasa? ¿Ángela?- Graciela se llevó un buen susto, no esperaba que su hermana tuviera semejante reacción. ¿Qué habría oído?-¿Ángela?

-Yo...lo siento ¿puedo escucharlo de nuevo?-los ojos de Ángela se posaron de repente en el estropicio que ella misma había provocado, quedó tan impactada con la grabación que poco le importó haber manchado a Martín con el café derramado.

-¿Qué has oído?-Graciela se moría de curiosidad- ahora yo por favor.

Martín cogió los cascos del suelo, ya que estos también habían terminado ahí después de la exagerada reacción de Ángela, y procedió a colocárselos a Graciela.

HELENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora