ⅩⅠⅠ ✉ «De la cabeza al corazón»

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Hyunjin se engañaría a sí mismo si afirmara que durante la cena no probó bocado solo porque algo le había sentado mal en el desayuno y no por la inundación de pensamientos que asolaba su mente. Sin embargo, la mentira por conveniencia era su arte, y esta vez, servía como excusa ante su familia.

—Hyunjin hoy pasó tiempo con Minho —comentó Cirella, sacando al mayor de sus cavilaciones—. Fue una tarde encantadora, ¿no es así?

—Supongo que nuestras diferencias no son tan abismales —respondió Hyunjin con calma.

—Pronto congeniarán maravillosamente. Estoy segura de que es solo un choque de temperamentos —añadió Hanbi—. Por cierto, señorita Cirella... Él aún no ha contraído matrimonio, ¿verdad?

Hyunjin volvió a la conversación mientras Lorimer le murmuraba algo sobre ser más sutil, pero Cirella simplemente esbozó una sonrisa.

—No, señora Hwang. No muestra interés alguno en el matrimonio.

—Es una verdadera lástima que no haya tenido la fortuna de encontrar a su compañera perfecta.

Cirella asintió levemente.

—Él no la está buscando, en realidad.

Hyunjin desvió la mirada hacia la tarima vacía. Minho no había tocado esa noche, pero un piano ocupaba su lugar. Nadie parecía haber reparado en ese detalle, salvo Hyunjin, quien de repente sintió que el comedor carecía de sentido alguno.

Cuando volvió a la conversación, Hanbi y Lorimer discutían entre ellos una noticia que habían leído en el periódico esa mañana. Se acercó discretamente a Cirella, fingiendo ajustar algo en su zapato bajo la mesa.

—¿Él es como tú? —preguntó, y la joven frunció el ceño en confusión—. Minho... ¿Es como tú? ¿No siente atracción de ningún tipo por las personas?

—No, no es realmente así —Cirella sonrió suavemente con los labios cerrados—. Creeme, en él las cosas funcionan distinto. El hecho de que no se interese no implica que no pueda encontrarlo. Además, es... Bueno, hay que leer entre líneas.

Hyunjin estaba totalmente perdido en esa respuesta, pero volvió a su lugar sin ánimos de seguir remando en miel sin saber bien a donde iba de todos modos. Su cabeza ahora parecía guardar silencio, pero no porque estuviera vacía, sino porque el ruido era tanto que perdió el sentido.

La cena terminó sin su participación. Hanbi y Lorimer se retiraron hablando de lo que harían en el pueblo al día siguiente y de cómo se leía el mapa en forma de folleto que daban gratis en la recepción. Hyunjin y Cirella pidieron un vino y se quedaron en la terraza mirando el mar.

—¿Dónde estabas durante toda la cena? —preguntó Cirella, apoyando la copa en su mejilla para mirar a Hyunjin.

—No lo sé —respondió casi frustrado—. Quizás sea el cansancio. Ha sido un día largo.

—Puedo imaginarlo. Tal vez deberías cancelarle a Minho lo de esta noche.

Hyunjin sintió cómo su estómago se retorcía incómodo solo al recordarlo. Miró a Cirella, pero ella soltó una risa traviesa al ver cómo su expresión facial cambiaba por completo.

—Estás burlándote de mí.

—Por supuesto, ¿cómo podrías tener el coraje de atribuirlo al cansancio cuando no haces más que mirar el reloj, pero no precisamente para irte a descansar a tu cama?

—Solo fue una especulación —se excusó Hyunjin, vaciando la copa en un último trago.

Cirella golpeó la copa con sus uñas, sumida en pensamientos.

Una copa y tres canciones - [Hyunho] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora