21

456 36 4
                                    

Decidí, en vez de ir a casa, ir a un pequeño bosque que había a unos cuantos metros de la mansión Salvatore, era obvio que si podía hacer más cosas con lo que sea que fuera esto, lo iba a averiguar.

Al ver un gran tronco a lo lejos una gran idea llegó a mi mente.

Corrí a éste y al llegar puse una mano sobre él. Cerré los ojos con gran fuerza y, al momento, pude escuchar lo que en mi mente estaba imaginando. Miles de flores rojas comenzaron a crecer sobre éste y un aroma a pasto me invadió rápidamente. Era impresionante, todo se veía igual a lo que había imaginado.

Después decidí pensar en algo más difícil.

Caminé hacia un lugar despejado del bosque, podía ver perfectamente el cielo y unas cuantas nubes sobre él. Esta vez opté por no cerrar los ojos e inmediatamente las nubes comenzaron a teñirse de un fuerte color gris y, de un segundo a otro, comenzó a llover.

-Esto es asombroso -Susurré para mi misma. Podía sentir la lluvia resbalando con gran facilidad sobre mi piel. Toda esa libertad en aquel momento me hizo sonreír. La lluvia se sentía tan bien que incluso consideré la opción de dejarla caer un poco más, pero lo descarté al instante -Tal vez después -Dije por fin.

Decidí parar la lluvia, y me encaminé de nuevo hacia la mansión, donde había dejado atorados a los hermanos.

Al llegar su rostro lo decía todo. Comencé a reír, su expresión valía millones y, aún así, decidí dejarlos ir. Éstos cayeron de rodillas al piso en menos de un segundo, lo cual ocasionó que mi risa fuera un poco más fuerte.

-Si, gracioso -Dijo Stefan sarcásticamente.

-Vamos, solo estuve afuera unos minutos -Dije en mi defensa. Al momento Damon se puso de pie y, con su velocidad sobrenatural, logró acorralarme contra la pared.

-Es lo que tardaría en matarte -Susurró. Estábamos a escasos centímetros de que nuestras narices chocaran, y podía sentir su respiración chocar contra mis labios.

-Damon -Stefan lo llamó en forma de regaño, y Damon se separó de mi con una sonrisa, por fin pude respirar de nuevo.

-¡Stefan! -Gritó Damon, para después darse la vuelta y arrojarle algo a las manos. Stefan lo atrapó sin ningún problema, segundos después Damon se dio la vuelta y me miró -¿Se te perdió algo? -Su sonrisa iluminaba completamente su rostro.

Miré a Stefan, quien tenía en manos mi celular.

-No es gracioso, devuélvanlo -Y me acerqué a ellos. No había nada que me molestara más que el que tomarán mi celular sin permiso.

Stefan me miró con una gran sonrisa, se había unido a la estupida broma. Al momento Stefan volvió a arrojarle el celular a Damon quien se giró para tomarlo y, al momento, regresó a mirarme, estaba retándome.

-Tómalo -Y extendió la mano hacia mi. No estaba segura si lo devolvería tan fácil pero de igual manera decidí acercar mi mano para tomarlo. Claramente quitó la mano al momento, aun con mi celular.

-¿Sabes lo fácil que sería no dejarte mover y tomarlo? -Dije.

-Entonces no seria divertido -Y, sin mirar atrás, Damon volvió a arrojarlo hacia Stefan.

-¡Basta! ¿sabes cuánto costó?! -Oficialmente comenzaba a preocuparme el bienestar de mi celular. 

En menos de un segundo los hermanos desaparecieron de mi vista, podía escuchar como corrían por la planta alta de la mansión, así que decidí subir.

-¡Vamos chicos, no es divertido! -Grité mientras corría cada vez más rápido. Al llegar arriba pude ver a Damon con las manos vacías así que decidí parar.

-Claro que lo es -Y, de nuevo, desapareció rápidamente de mi vista. Corrí hacia el final del pasillo, éste llevaba a otras escaleras un poco más cortas y subí lo más rápido que mis piernas permitieron.

Al llegar miré cada detalle a mi alrededor. Parecía ser una vieja habitación la cual tenía cuadros con fotos de Stefan, deduje que aquella habitación era su cuarto, podía sentir que ambos estaban en algún lado de aquella habitación.

Mis sentidos se agudizaron al momento.

Escuchaba pasos a mi alrededor, pero no lograba verlos y cerré los ojos para comenzar a escuchar con más detalle cada paso. El tiempo comenzó a volverse más y más lento y, gracias a aquella rareza, logré escuchar a tiempo cuando uno de ellos iba pasando junto a mi.

Estiré el pie hacia la izquierda y, al momento, sentí un gran golpe. Había logrado que se tropezara.

Abrí rápidamente los ojos y vi a Damon retorciéndose del golpe en el piso, comencé a reír.

-¡Lo siento! -Dije entre risas. Damon no dejaba de quejarse, lo cual comenzó a preocuparme -¿Estás bien?

No logré escuchar respuesta de éste, estaba boca abajo. Me acerqué más a él y lo tomé por los hombros para tratar de darle vuelta y ver si estaba lastimado, pesaba bastante. Al momento se dio la vuelta y saltó sobre mi dando un gran grito, en respuesta solté uno mayor gracias a aquel gran susto. Damon comenzó a reír al instante.

De repente logré sentir una mano sobre mi hombro lo cual me hizo dar vuelta rápidamente, para después tomarla y tirar de ella. Un Stefan con mi celular en mano ahora estaba tirado sobre mis piernas quejándose lo suficiente como para hacerme reír de nuevo.

Después de unos segundos aún riendo me tiré al piso, podía sentir por medio de la madera como ambos respiraban a un ritmo cansado. Una escena totalmente fuera de lo normal, aunque algo grata si soy honesta.

Tal vez el haber venido no había sido tan malo, pensé.

Todo El Mundo Tiene Derecho A Ser Feliz (Damon Salvatore)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora