24. LINDAS

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[[[[[[[[[[[[[......]]]]]]]]]]]]]]]


Un silencio sofocante se apodero de la habitación mientras las miradas de todos se intercambiaban entre Ankareeda y yo.


[Tuuu]


La primera en salir del estupor fue Susan, que se levanto de su asiento mientras dejaba escapar su hostilidad.


En un instante, las paredes de la casa especialmente construida frente a la mansión, temblaron y crujieron, como si estuviesen a punto de romperse.


La ilusión generada por los accesorios mágicos se dispersa debido a la energía desbordante de susan, dejando al descubierto su cabello multi color que resplandece con un brillo divino.


Y fiel a los principios de su cultivo, los colores en mi línea de visión se distorsionan y cambian constantemente, a medida que la energía de Susan comienza a saturar la habitación.


[Hermano...]


Cuando levanto la mano en señal para que se detenga, Susan me mira confundida.


[Me alegran tus sentimientos, pero no debes traer los puños a una reunión civilizada... A menos que los invitados ya no quieran ser civilizados]


Cuando desvió la mirada hacia sebas y Raily, estos rápidamente soltaron sus armas y hablaron con una sonrisa forzada.


[Es solo que la niña me tomo por sorpresa, por favor no lo tome a mal...]


[Siento vergüenza por mi acción excesiva ante una joven señorita...]


Escuchando las palabras de sus mayores, Ankareeda voltea sorprendida, antes de reprender con desdén.


[¿Por qué se ponen serios con una joven cultivadora? ¿No les da vergüenza? ¿Piensen en sus edades y niveles?]


[[Bueno...]]


Al mismo tiempo que Ankareeda reprende, yo devuelvo la mirada hacia Susan.


[Susan]

[Pero yo...]

[Suuuusaaannnn]

[Perdón...]


Finalmente, Susan se inclina en disculpa, pero luego se sienta mientras infla sus mejillas en un berrinche, cosita mal criada.


................................


[*Cohou*... Bueno, comencemos de nuevo... Pido disculpas por lo de antes.]


En un intento de aligerar la atmosfera, hice que nos prepararan una mesa con te y aperitivos en el patio de la casa.

Mi loco sistema quiere voltear los cielos, pero yo no quiero trabajarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora