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–Mm~– Will tarareaba en el cuarto ya sin la peluca bailando con la nada con la rosa que Hannibal obsequió esa noche después de varias horas de bailar.

–Vaya! Es lo que creó? Estás sonriendo?– Dijo la saxofonista entrando al cuarto, mirando a Will.

–Oh bev! Fue hermoso mágico... a Hannibal le encantan las mascotas ,es un hombre de buen corazón y dios bailamos hasta al amanecer tangos– el joven se dejo caer en su cama soltando un suspiro.

–vaya...no sabía que aún tenías un corazón– bromeó Beverly para después suspirar y mirar a Will.

–por favor Bevs ¿yo, enamorado de ese viejo?, no..–

–Aja, como sea Will ,pero. Creo que debo de decirte algo–

–¿Qué es? ¿Encontraste algo incriminatorio en Hannibal?– Beverly negó y trato de no reír de la clara preocupación de su amigo.

–No, cuando volví de investigar en el barco de Hannibal ,encontré en el lobby a los hombres de la mafia los que trataron de matarnos en Baltimore..–

–Carajo! Carajo esto no puede ser!– el joven de rizos se levantó de su cama pasando sus manos por su rostro frustrado, ¿Por qué la vida siempre parecía estar en su contra? –debemos largarnos–

–No!, no aún no Will, conocí a una chica que es reportera...ella tiene más información de la mafia y podríamos...–

Will se levantó de la cama angustiado –Beverly ,¿!Te estás escuchando a ti misma?!, una cosa es una corazonada y otra muy diferente tratar de parar una maldita mafia!–

–entonces lo haré sola si no confías en mi–

Beverly busco entre su maleta su revólver, Will miro a su mejor amiga y suspira levantándose y saca el revolver de Beverly de dónde el había escondido él –si nos asesinan espero que sea juntos...–

Beverly sonrió y abrazo así amigo, ambos amigos salieron por la ventana usando otra ropa , Beverly con la peluca rubia de Will y Will se robo un saco de algún pobre distraído para ir a investigar y junto a su amiga fueron a buscar a los tipos sin que estos y los de la orquesta los reconocieran ambos.

–Bien yo iré a la zona del bar tu ve a la zona de golf– dijo el chico de cabello rizado con para separarse de su amiga ,tomo un periódico y para poder tapar algo su cara.

Will estaba tratando de ver en las mesas cerca del bar si reconocía algún integrante de la mafia, cuando ya se estaba dando por rendido, miro a lo lejos en una mesa, era Hannibal con un traje de color gris, cenando pero con una mujer.

–Que carajo...– se dijo así mismo en voz baja ,Will fue hasta un rincón de la zona el bar y se recargo en la pared tratando de mirar "discretamente" la compra de Hannibal, la cual era una mujer talvez un poco más joven que Hannibal de cabello rubio, de expresión serena pero encantadora.

Hannibal sonríe a esta mujer de manera encantadora –Así que eso te gusta ¿eh? Solo embaucas a mujeres... maldito viejo con hepatitis– el pianista decía en voz baja desde lo lejos ,cuando el mayor alzo la mirada mejor Will se fue rápidamente del lugar.

°°°

Mientras tanto en la mesa Hannibal alzo un poco la vista ,podía jurar haber olido la fragancia de su querida ángel ,pero solo pudo ver un joven que se iba, aunque le causó algo de curiosidad.

–Sr. Lecter, le estoy hablando– llamo la atención la elegante mujer

–Oh lo lamento Belinda creí por un momento ver a mi hermosa ángel–

Hannibal se quedó pensando un momento en ese joven, debía admitirlo era atractivo aunque sus ropas no combinaran en nada, le daba la sensación de recordarlo de algún lado, pero se negó en seguir pesando en él, después de todo ya tenía un amor, Wanda.

Belinda sonrió y tomo su copa de vino. –Me seguías diciendo, ¿Qué flores quieres en la iglesia? Rosas, gardenias, claveles–

El mayor sonrió olvidando al joven extraño ,imaginando la capilla de Florencia ,adornada ,con su amada Wanda caminando hacia el altar –Wanda es una mujer especial ,serán caléndulas y lycoris radiata

–¿La vida y la muerte?– sonrió anotando y luego dejo su bolígrafo de lado mirando a Hannibal –¿Esa pobre chicas siquiera sabe que ya estás organizando sus boda?–

–No, pero aceptará Belinda, se que lo hará– la mujer solo negó suavemente pero no le pagaban por opinar.

Hannibal alzo la mirada en la otra mesa unos hombres vestidos de negro le hacían de señas –Lamento que nuestra velada termine tan abruptamente ,fue un placer verla de nuevo señorita Du Maurier–

No podemos casarnos !Where stories live. Discover now