29.- ✰

1.6K 111 3
                                    

Juanjo caminaba solo por los pasillos sonriendole a la nada repitiendo en su mente lo que había vívido en esa clase de actuación.

Todo se había sentido tan real, la confesión que ambos de habían hecho delante de todos sus compañeros, sin miedo a lo que pensarán los demás, porque se supone que era actuado, pero claramente no lo era.

Sintió su celular vibrar y revisó el mensaje que le había llegado.

Pumuki
Hablar hoy después de clases?
Parque?
Ke dises

Sonrió prácticamente al instante al haber visto quién le había hablado.

Tu
Sí.
Ya venía siendo hora!¡!¡

Apagó el móvil y se preparó mentalmente para lo que se le venía hoy.

Había pensado ya varias veces en lo que le diría, pero jamás había llegado a una decisión final, quizás debía ser directo, decir que lo amaba, o ser discreto y no confesarse del todo, pero ningúna opción era viable, así que optó por dejarse llevar, que sus palabras salgan solas y sean de lo más reales, que salgan del corazón.

Ambos estuvieron todo el día nerviosos, las clases pasaban rapidísimo y tenían la emoción de por fin juntarse en ese parque a solas.

Cómo solían hacer antes, porque eran buenos amigos, las cosas eran muy distintas, y ahora se juntarían para pensar en sí debían de seguir siendo aquellos buenos amigos, quizás algo menos, o algo más.

Cuándo por fin la espera había acabado, salieron por separado de la universidad, Juanjo se había desviado para pasar a comprarle algo al chico, más específicamente unos bollos como regalo sin una razón concreta.

- Hola. - Dijo Martin con una sonrisa tonta y sus ojos brillantes al ver al chico llegar y sentarse a su lado.

- Toma. - Le entregó lo que le había comprado sin decir mucho por los nervios.

- ¿Me estas sobornando? No me vas a convencer de nada con esto eh, pero gracias. - Bromeó el de bigote.

- Vas a hacer que me arrepienta. - Se quejó el maño riéndose.

- Estoy de broma! Me gustó el regalo, te has mantenido detallista. - Juanjo se sonrojaba constantemente ante cualquier comentario, ambos estaban nerviosos.

- Solo lo soy contigo. - Martin hubiera deseado poder gritar en ese preciso momento.

- Y me encanta, no tuvo sentido alejarnos, éramos buenos amigos, yo malinterpreté todo. - Empezó a conversar el vasco, bajando la mirada.

- No! Tu lo habías entendido todo, yo fui el tonto que fingió que no pasaba nada... -

- No creo que sea buena idea ahora mismo pensar en quién fue el culpable de lo que ocurrió, ambos lo hicimos mal, pero lo importante es pensar bien en lo que haremos ahora. - Miró constantemente a sus ojos con ese brillo especial entre ellos dos.

- No podría volver a ser tu amigo. - Pasaron algunos segundos de silencio dónde Martin parecía no entender lo que ocurría, sin comprender con que intención lo decía y preparándose para lo peor.

- ¿Entonces? - Preguntó con temor a la respuesta.

- Quiero ser tu novio. No podría aguantar más la tensión... Seguir fingiendo que no me muero de ganas de besarte, seguir escondiendo lo que siento... No podría. - Martin sintió entre una mezcla de alivio y calma a unas ganas de gritar de la emoción. Era justamente lo que quería escuchar desde hace mucho tiempo.

- Yo también quiero ser tu novio. - No eran más que unos jóvenes enamorados con poca experiencia en el amor, pero que darían todo por aprender lo antes posible y hacerlo todo bien en esta segunda oportunidad que se habían dado.

Ninguno sabía si debían seguir hablando, o seguir confesandose cosas, solo sabían que ahora eran novios oficialmente, y no podían hacer otra cosa más que sonreír.

Se besaron, por primera vez sin miedo, sin confusiones, sin discusiones después, eran una pareja, después de haber soñado durante meses con ese momento, había ocurrido.

Querían gritarle al mundo que tenían todo lo que querían, presumir que uno al lado del otro eran plenamente felices, que no necesitaban nada más porque mutuamente se daban todo.

Se apoyarían en lo que fuera, se ayudarían en lo posible y más.
Martin estaba inclinado levemente encima de Juanjo, apoyabdo ambas manos en los hombros del chico, juntando sus labios y separándose para mirarse, reír y volver a besarse, justamente como lo que eran, unos jovenes inexpertos en el amor.

Tuvieron una tarde de novios en ese parque, en el que siempre habían estado como amigos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ni Siquiera Amigos. | JUANTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora