Capítulo 13: Píldora de la Serpiente Dormida

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Ese era el final de la historia, el rostro de Joseph reflejaba arrepentimiento e incomodidad, no quería revivir recuerdos dolorosos, su curiosidad lo había herido, sin embargo, Cáliban estaba calmado, el ambiente no se sentía tan pesado como al pr...

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Ese era el final de la historia, el rostro de Joseph reflejaba arrepentimiento e incomodidad, no quería revivir recuerdos dolorosos, su curiosidad lo había herido, sin embargo, Cáliban estaba calmado, el ambiente no se sentía tan pesado como al principio.

—Esa es la historia, aunque tuve el libro en mis manos, no pude observar todo el contenido debido a que no había dominado la ley, aun así recuerdo algunas medicinas útiles, como...

—Lo siento... Cáliban... no quería —Interrumpió Joseph

Cáliban intento seguir con la conversación, pero Joseph tenía la fuerte intención de disculparse, el pasado no puede ni debe cambiarse, sobre todo el destino de seres celestiales, él tenía muy presente este hecho.

—Tranquilo, no me afecta hablar de ellos... no ahora al menos...

—¿Por qué? La historia que me contaste debió ser dolorosa... yo...

—No lo sé... solo... desde que tengo nuevamente un corazón humano... durante las noches he estado teniendo pesadillas sobre el pasado, cosa que no me había ocurrido, debe ser por las emociones... pero el hecho de hablar sobre ellos me ayuda... no lo sé... tal vez porque me relaja contar sobre ellos... o porque en el fondo aun los extraño... también podría ser por mi vida...

—¿Tu vida?

—En el camino que nos queda por delante, nos enfrentaremos a enemigos que superan cualquier entendimiento, si llego a morir... ¿Los recuerdos de mis hermanos no se quedarían olvidados? Es por eso por lo que lo cuento, el hecho de saber que alguien más conoce sobre lo increíble que eran... me tranquiliza... aunque sea solo un poco... no serán olvidados

«Y no es para menos, desde que tengo emociones humanas completas nuevamente, me había estado torturando con la idea de que si yo falleciera, mis hermanos quedarían olvidados para siempre, todo el dolor y sufrimiento que pasaron habría sido en vano si no lograba vengarlos, pero si moría en el camino serían olvidados, no puedo permitir que eso sucediera»

—Está bien Joseph, no guardes tu curiosidad, el maestro siempre me enseño que el conocimiento no se le niega a nadie, sin importar su raza, sexo u origen

—Realmente tenías un maestro muy sabio

—Así es, fue un excelente maestro y un gran padre...

El ambiente se había vuelto menos pesado, la incomodidad ya no estaba, parecía ser que Joseph puso sus pensamientos en orden, por lo cual pregunto:

—Entonces... ¿Qué haremos ahora?

—La píldora de la serpiente dormida, como ya te expliqué antes, es un antídoto muy potente, si lo refinas en tu cuerpo puedes ser inmune a cualquier veneno que esté por debajo del catalizador, los pasos son sencillos para una de bajo nivel, sígueme

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