Era una mañana como cualquier otra, Castiel preparaba sus cosas para irse a la escuela y soportar otro día en ese infierno. Una vez tuvo todo listo salió de la casa, en el camino a la salida se encontró con sus padres, a quienes pasó de largo, como si no estuvieran allí, aunque sus padres tampoco tuvieron intención de hablarle. Castiel en su casa era como si no existiese, como si no estuviera allí.
Salió de su casa, se colocó los audífonos y comenzó a reproducir la música desde su Walkman. Caminó escuchando música, ignorante de todo lo que sucedía a su alrededor, Castiel necesitaba aquellos momentos de paz antes de llegar a la escuela. Él solía amar ir allí, amaba aprender cosas nuevas y leer sobre temas interesantes, pero desde hace algunos años ese lugar se había convertido en un verdadero infierno para él. Hace exactamente tres años había decidido salir del closet con su familia, les había dicho que era gay, su familia no lo tomó bien. Le habían dicho que estaba mal, que sólo estaba confundido e incluso lo llevaron a una iglesia para que el padre de esta le explicara porque estaba mal lo que él decía. Tampoco tardó mucho para que el resto del pueblo se enterase. Para ser un pueblo grande (aunque para él quien había vivido toda su vida ahí se le hacía algo pequeño) los rumores y chismes corrían rápido, y el pueblo entero no tardó en enterarse de su raro gusto en los hombres. A la gente no pareció encantarle saber eso, a muchos no pareció importarles, sin embargo, desde ese momento Castiel no paró de recibir miradas de asco o insultos a donde quiera que fuese. Sus amigos también se habían alejado de él, dejándolo completamente solo y aislado de los demás, de no ser por los idiotas que solían molestarlo y golpearlo nadie en el pueblo le hablaría, porque Castiel tampoco era alguien muy sociable como para intentar entablar nuevas amistades.
Llegó a la escuela y ahí lo esperaban, los mismos tres idiotas que desde hace tres años lo molestaban ¿es que acaso no tenían nada mejor que hacer?
—¡Oye, marica! — le llamó uno. Castiel lo ignoró y siguió de largo —Te estoy hablando! — dijo más enojado, caminando hacia él.
—Déjame en paz, hoy no estoy de humor para tus estupideces — soltó Castiel cuando el chico puso su mano sobre su hombro para detenerlo. Cuando terminó de hablar supo que estaba acabado.
Los otros dos chicos lo rodearon y Castiel ya veía venir su pronta paliza. Cuando vio como el que sujetaba su hombro preparaba su puño para golpearle tan solo pudo cerrar los ojos y esperar el golpe que jamás llegó. El timbre sonó, indicando que ya se debía entrar a clases, Castiel abrió los ojos y vio como a regañadientes se iban los tres. Suspiró aliviado y una vez desaparecieron él siguió su camino. Entró a su salón y se acomodó en el mismo asiento de siempre, mientras lo hacía notaba algunas miradas despectivas, las mismas de siempre, Castiel ya estaba acostumbrado a ello.
Su mirada se perdió por el salón como siempre hacía para esperar a que la clase iniciará, no tenía permitido usar su Walkman en la escuela así que simplemente dejaba que sus pensamientos vagaran por ahí. Cuando volvió a la realidad escuchó a su profesora hablar.
—Clase, él es su nuevo compañero, Dean Winchester — anunció la profesora y a partir de ahí Castiel no escucho más.
Sus ojos quedaron fascinados ante el chico que estaba a unos metros suyo. No pudo evitar soltar un suspiro y que sus ojos se clavaran en el chico.
Castiel creía estar viendo un ángel, aquel chico era sumamente atractivo. Con pelo rubio y corto, tiernas pecas por todo el rostro, labios grandes, rosados y sexys que formaban una confiada sonrisa de galán, un cuerpo que se notaba en forma y esos ojos verdes tan intensos e hipnóticos que sintió atravesaron su alma cuando cruzaron miradas.
Castiel no podía quitar su mirada de Dean, apreciaba el apuesto rostro del otro con devoción. Pero cuando Dean le dedicó una sonrisa Castiel no puedo seguir viéndole y se obligó a apartar la mirada, nervioso y avergonzado, sintiendo como el color le subía al rostro.
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A Salvo (Destiel)
FanfictionDean es un chico problemático, debido a su vida de cazador hace cosas que la mayoría de los chicos de su edad no harían. Un día, John los lleva a un pueblo en el que él y Sam se quedan durante un tiempo mientras John sale de cacería él solo. Dean pi...