Capítulo 1. El inicio

6 0 1
                                    

Presente.

Nunca había tenido la necesidad de venir a este tipo de lugares y siempre pensé que sería una oficina blanca con sillones incómodos y una doctora con gafas que juzgue cada decisión que tome; pero, en cambio, me encuentro en la sala de una casa un poco sencilla de una terapeuta que parece que se acaba de levantar de la cama directo a mi sesión de terapia. Al menos no me equivoqué con la doctora.

En la media hora que llevamos hablando lo único que hace es mirarme con expresiones extrañas en el rostro que me dan mucho para pensar y me pregunta cosas que me hace creer que no es realmente una psicóloga.

—¿Estás segura de querer hablar sobre la razón por la que viniste?— preguntas como estas.

—Bueno, es a lo que he venido, ¿no?

Ella me juzgaba. Tal parecía que había dicho el mayor error del mundo, pero esa era mi opinión con respecto a esto. Ni siquiera quería venir; lo último que quería era que un desconocido me dijera loca y tuviera los conocimientos suficientes como para decirlo de modo tal que tenga la razón, pero aquí estoy porque cuando uno toca fondo no le queda de otra que buscar una luz, un escalón, algo para volver a subir. Aunque a veces ese algo fuera una terapeuta.

—No. Has venido a hablar de todo lo que quieras. No importa que hablemos de toda tu vida hasta que lleguemos a la verdadera razón por la que hayas decidido venir aquí. Este es un proceso en el que aprenderás a soltar todo tu dolor en lugar de abrazarlo, no importa cuánto tiempo nos tome.

—Yo solo he venido a olvidarlo.

—¿Segura?— Ahí estaba, lo veía en sus ojos, ese brillo que tenían los psicólogos en el que no sabías si se estaban burlando de ti, si se creían mejor que los demás o si tenían un secreto que solo ellos conocían. Cuando tenían ese brillo no podías ni pensar en querer adivinar lo que ellos pensaban. Solo te quedaba como única opción seguir respondiendo a sus preguntas en tono sarcástico.

—¿Cómo no voy a estar segura? Yo…  Nos conocimos durante toda nuestra vida, éramos él y yo contra el mundo, solo nos teníamos al otro. No sé cómo vivir sin él, no sé cómo quitar este nudo que tengo dentro porque únicamente hablaba con él de las cosas que me agobiaba. Claro que quiero olvidarlo.

Ella suspira, como decepcionada de mis palabras. —Entonces, ¿sobre qué quieres hablar en esta ocasión? Comencemos por el inicio, háblame de lo que prefieras.

Habían muchas cosas por decir; como el hecho de que estaba muy sola, de que él se había ido muy pronto. De que estaba molesta con él, conmigo y con la vida, pero…

—Él era mi mejor amigo…

No me olvides Where stories live. Discover now