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Sergio se sentía extraño. Sentía calor y estaba sudando demasiado. Con dificultad se removió en las sábanas y gimió por el contacto.

Al abrir sus ojos completamente se dio cuenta que ya era de día, definitivamente ya tenía 18 años.

Bajo su vista, esperando ver un gran bulto indicando que era un alfa, pero solo vio una clásica erección mañanera.

Abrió sus ojos con sorpresa. ¿Acaso no era alfa?

Escucho un gruñido provenir al lado de el, y giro su vista. Era Max, y se removía en las sábanas de la cama, cuando Sergio comenzó a tener otra ola de calor.

No pudo evitar confundirse, pues aunque estaban finalizando invierno, aún hacía bastante frío.

¿Cómo era posible que sintiera tanta calor?

Vio los ojos de Max observarlo, y se sorprendió al ver que estos eran rojos. Como un Alfa.

- ¿Checo?- Max se sentía extraño, y lo único que deseaba era tomar a Sergio, acostarlo en la cama y hacerlo gemir.

En cuanto sintió el olor del mayor, fue imposible no soltar un jadeo por lo delicioso que era. Pasteles de fresa.

Miró su parte baja, y vaya sorpresa se llevó al ver un gran bulto, que indicaba que era un alfa.

¿Cómo era posible? ¡El era el menor!

- Maxie~- Sergio no pudo evitar gemir, pues el olor de Max era demasiado fuerte. El mismo olor que había sentido la noche anterior.

Comenzó a sentir su trasero mojado, estaba lubricando.

Max mostró sus colmillos, quería marcar a su bello omega. Se sintió maravillado al ver los ojos azules de este.

En un rápido movimiento, se puso encima de este. El omega gimió al sentir el cuerpo del Alfa encima suyo.

Cualquier mínimo contacto parecía encenderlo de sobremanera.

- No entiendo nada de lo que está pasando.- Se acercó al cuello del mayor, lamiendo la blanca piel, recibiendo un gemido por respuesta.- Pero en este momento, es lo que menos me importa. Soy tu alfa y tú eres mi omega. Necesito hacerte mío y marcarte.

- A-Alfa.- Gimió Sergio, toda neurona de su ser estaba tapada por el celo. No recordaba que el tenía que haber sido el alfa y tampoco recordaba que era el mayor. El sabia, que necesitaba a Max dentro suyo.- Hazlo pronto p-por favor. Te n-necesito.

Max se calentó horrible con esas palabras. Gruñendo involuntariamente ¿Cómo era posible?

Ignoró todos pensamientos que invadió su mente, como que el era el menor y el debía tener el puesto de Sergio.

Pero siendo sincero, le gustaba más esto, la sensación de dar protección y querer darle placer a su bello omega, era maravillosa.

Comenzó un beso fogoso con su omega gimiendo en su boca, sacando la polera de este, para luego ir por la suya. Como se habían dormido la noche anterior, traían puesto sus pijamas, los cuales eran fáciles de sacar. Así que no tuvo problema alguno con eso. Luego se dirigió hacia los pantalones, quitándolo con desesperación.

UnexpectedWhere stories live. Discover now