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CAPÍTULO II

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CAPÍTULO II

El ruido que producían las sirenas de las ambulancias, patrullas y control animal comenzaban a escucharse por el pequeño pueblo dando a conocer que algo había sucedido; todas las unidades se dirigían al colegio honneur glorieux.

Cuando Skylar había logrado salir del sector universitario de su colegio, no dudó ni un segundo en llamar a su madre e ir en busca de ayuda para su hermana, no quería que ella muriera por salvarla. El reporte fue tomado de forma inmediata en la estación de policías y estaban actuando lo más rápido posible, los paramédicos esperaban encontrar con vida a la chica, no querían tener que levantar el cadáver de una chica de diecinueve años.

En el auto de las hermanas, su madre era quien manejaba mientras intentaba controlar la desesperación de la menor, Skylar tenía sus ojos irritados por haber llorado tanto e intentaba comunicarse con su hermana.

La desesperación crecía cada vez más cuando Vienna no contestaba las llamadas ni los mensajes.

Al llegar al colegio, las tres unidades se dividieron en diversos grupos para encontrar a la chica, los policías llevaban sus armas cargadas, los paramédicos llevaban su equipo completo junto a una camilla y control animal estaba preparado para neutralizar a los lobos.

Comenzaron su búsqueda en el edificio principal donde Skylar había visto por ultima vez a su hermana, con solo dar unos pasos en el edificio pudieron ver las huellas que aquellos lobos dejaron impregnadas en el piso manchadas con sangre; ya no fue necesario para las unidades separarse, sabían en que dirección ir. Los primeros en comenzar a correr tras el rastro de sangre fueron los paramédicos con los encargados de control animal tras ellos y por último los oficiales de policía, a razonamiento de los paramédicos que las huellas estuvieran llenas de sangre significaba que la chica estaba lastimada, en el peor de los casos, que estuviera muerta.

El camino de huellas los llevó hasta un área libre donde se encontraba un pequeño charco de sangre, los paramédicos se detuvieron al verlo, las huellas continuaban a varios metros de distancia y se adentraban en el centro deportivo, una vez dentro de la enorme edificación los policías tuvieron que alumbrar con sus linternas el lugar. Uno de ellos caminó hasta detenerse frente a un gran charco de sangre.

—¡Hey! Creo que querrán ver esto —Habló sin dejar de mirar la sangre—. No creo que la chica siga viva —Dijo eso último mirando al paramédico a su lado.

—Yo creo que sí —Otro oficial de policía habló mientras alumbraba un camino que se formaba con pequeñas gotas de sangre—. Quizás tuvo la fuerza suficiente para ponerse de pie y salir de este lugar.

—Es demasiada sangre. No creo que haya llegado muy lejos

—No perdamos tiempo y busquemos a la chica.

Tras el regaño de un paramédico, comenzaron a seguir las gotas de sangre las cuales se adentraban a una habitación al fondo del centro deportivo. Lo primero que vieron al abrir la puerta fue a la chica inconsciente recostada en una camilla, había vendas regadas en el piso batidas de sangre, cerca de ella había una mesa con algodones y tijeras llenas de sangre, todo indicaba que la chica logró escapar y vendar sus heridas lo mejor que pudo.

Destinos entrelazadosWhere stories live. Discover now