Capítulo 24

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-Al día siguiente sobre las 11 de la mañana se despertó Cielo, pero Nicolás seguía durmiendo profundamente a su lado. Ella lo miró con una sonrisa y le acarició el pelo, mientras pensaba en la noche tan hermosa que habían pasado, aunque no hubiera habido apenas contacto físico, pero igualmente le bastó para estar aún más segura de que deseaba despertar muchas más mañanas junto a él. Pasados unos minutos, viendo que Nico no se iba a despertar pronto y que ella tenía hambre, decidió bajar a la cocina, un poco dormida aún, sin siquiera acordarse de que era domingo y que, por tanto, la madre de su novio no trabajaba, así que se la encontró justo al cruzar la puerta de la cocina. Cielo iba vestida con una camiseta de Nico, que le quedaba grande, pero no demasiado, así que creía que Berta había pensado cualquier cosa al verla en su casa tan temprano y con ropa de su hijo. Cuando la vio, Cielo se quería morir de la vergüenza, pero decidió actuar con naturalidad. –

Cielo: Buen día (le sonríe tímidamente)

Berta: Buen día, ¿cómo vos por acá, Cielo?

Cielo: Es que anoche salimos, luego nos vinimos para acá y como era re tarde Nico me invitó a quedarme a dormir

Berta: ¿Querés un café?

Cielo: No hace falta, seguro me iré ya mismo

Berta: ¿Sin desayunar? No, quedate, insisto

-Cielo finalmente aceptó y Berta se fue a prepararle el café mientras ella iba a sentarse. Intuía que se venía una charla un tanto incómoda y maldecía a su novio por estar durmiendo y no acompañarla en aquel momento. –

Berta: ¿Y cómo estuvo la salida?

Cielo: Bien, la pasamos bárbaro porque el Dj de anoche del boliche era buenísimo

Berta: Yo cuando era joven, aún más joven (se ríe) iba a todas las fiestas, cerraba todos los boliches... ojalá volver a tener esa edad y esa energía

Cielo: Con mi mamá deberían salir un día de joda, seguro llegan más tarde que nosotros (se ríe) todavía son jóvenes las dos

Berta: Tomá (le da el café)

Cielo: Gracias (lo agarra y le da un sorbo)

Berta: Capaz algún día convenzo a tu mamá y vamos, pero creo estamos más para ir a merendar y chusmear

Cielo: Igual amo ese plan, un día voy con ustedes

Berta: ¿Querés medialunas?

Cielo: ¿Tenés? Sí, porfa

Berta: Acá están, hice ayer por la tarde y sobraron estas

Cielo: (muerde un trozo) ¿Las hiciste vos? Están riquísimas, posta, no lo digo por sumar puntos con vos

Berta: (sonríe) No tenés que sumar puntos de nada igual, sabés que te adoro desde antes que empezaras a salir con mi hijo. Por cierto, si vas a venir a las salidas con tu mamá no le digas a él, no le gusta el chusmerío, además, así nosotras lo podemos criticar tranquilas

Cielo: (se ríe) Seguro ahí chusmean sobre nosotros dos

Berta: Obvio, nuestro tema principal últimamente es su relación, pero hablamos de lo que feliz que nos pone que estén juntos

Cielo: (sonríe)

Berta: ¿Y todo bien con mi hijo?

Cielo: Sí, es un divino, bueno a veces (se ríe) pero en serio, estamos más que bien

Berta: ¿Y se cuidaron? Digo... ¿y te cuida?

-Hasta ese momento la conversación había sido bastante cómoda, pero el lapsus de Berta dio a entender sus verdaderas intenciones con esa conversación sin apenas darse cuenta, y por ello Cielo pudo sentir la verdadera incomodidad. Por suerte, no le dio tiempo a responderle porque entró Nico a la cocina bostezando, no sabía si llenarlo de besos por haberla salvado de esa conversación o matarlo por haberla dejado sola. –

Vos y yo ¿juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora