Amistad Traicionada

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La tensión se adueñó del lugar, Raven se escondía detrás de la puerta viendo a Okami y Kumiho en un intercambio de miradas, cada uno esperaba que el otro hablara primero o hiciera el primer movimiento, la trampa en medio de ambos estaba llena de sangre, Okami la vio de reojo y de nuevo la imagen del cachorro se dibujó en su mente, la presencia de Kumiho en aquel lugar solo podía explicar que lo que ella pensaba era real, su señor había mandado a atacar a los zorros y estos solo se habían defendido, Okami veía fijamente a Kumiho buscando las palabras que no llevaran su conversación a acciones más hostiles.

–Tu señor ataco a los zorros sin motivo– Okami intento defenderse, pero las palabras no salían con coherencia de su garganta –se adentraron en nuestro territorio, han destruido y masacrado tres guaridas– Kumiho se caracterizaba por ser, al igual que ella, una persona tranquila, su voz gruesa lo hacía ver más molesto e intimidante, Okami tomo un poco de aire organizando sus ideas, todo debía ser un error, algo más debía estar ocurriendo

–Kumiho, entrar en los aposentos del señor de la luna sin una invitación es una clara declaración de guerra– la falta de expresión en el rostro de Kumiho hizo alterar más a Okami que intentaba mantener la compostura, él bajó los pies del escritorio y la vio directo a los ojos por unos segundos, luego se levantó de la silla mostrado su gran tamaño, su cola blanca con la punta en dorado se movía lentamente y en alerta de cada movimiento de su presa, Okami podía ver en cada centímetro de Kumiho que estaba conteniendo la ira, con paso firme se acercó a la trampa que seguía en el piso y la agarro sin quitar la mirada de Okami, paso uno de sus dedos por los dientes de la trampa y se acercó a Okami mostrándole la sangre a escasos centímetros de su rostro, la imagen del cachorro volvía a su mente una y otra vez, su cuerpo estaba completamente tenso y sentía que le costaba respirar al tener a su acompañante tan cerca, Kumiho creó una llamarada de fuego dorado en la mano donde tenía la sangre

–Tu señor quiere extinguir a los míos, atacando a los más desprotegidos, ¿de verdad vas a hablarme a mí de declaración de guerra? –

–No puedes tomar acciones solo por tu parte, esto debe ser un error y yo me encargare de aclarar todo–

–¿Cuánta sangre de zorro hay en tus manos Okami? ¿Cuánta más se va a derramar mientras aclaras todo? – Kumiho cerro el puño extinguiendo la llama de su mano

–Esto debe ser una equivocación, el señor de la luna no debe saber de las acciones que se están tomando, por generaciones los zorros han sido nuestros aliados, yo voy a aclarar todo para que los tuyos no sigan sufriendo, yo misma me encargare de eso– Kumiho fijó sus ojos dorados en los de Okami y ella sintió la presión de la situación sobre sus hombros, exhalo un poco de aire perdiendo la compostura y vio a Kumiho con compasión –Te lo prometo–

–Tu promesa suena vacía para mi Okami– Kumiho dejo caer la trampa en las manos de Okami –por la amistad que nos une te daré un día, no voy a permitir que se sigan bañando en nuestra sangre– Kumiho se apartó golpeando con el hombro a Okami que respiraba aceleradamente ante la presión de la amenaza, al llegar a la puerta él la vio por encima del hombro –y otra cosa más Okami, esta si es una declaración de guerra– Okami sintió un vació en el estómago al ver el árbol de roble incendiarse en fuego dorado mientras Kumiho se alejaba por el pasillo, Raven se acercó a Okami que dejo caer su peso al piso viendo al árbol consumirse en el fuego sagrado de Kumiho, las lágrimas salían de sus ojos sin poder detenerlas, el frio de la trampa entre sus manos le helaba la sangre, se repetía en su cabeza una y otra vez que algo debía estar mal.

–¿Mi señora? – Raven trataba de levantarla, Okami se hiperventilaba en el piso de ese estudio, ella dejo salir un grito de frustración que ensordeció a Raven y retumbo por toda la habitación, por unos instantes los sollozos de Okami fueron acompañados por el crujir de las ramas siendo consumidas por el fuego, Raven se sentía incapaz de hacer algo por ella, así que solo se arrodillo a su lado, en cuanto la última hoja del árbol y la última rama fue consumida Okami levanto la vista con lágrimas en sus ojos y una mirada de ira

Loba LealWhere stories live. Discover now