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Indescriptible.
Así es el sentimiento que siento en estos momentos, por un lado está Mariana dejando ver su lado más profesional y serio y por el otro Victoria, siendo profesional también pero a la vez tan nena y juguetona.
Uhm...
Que será estar en la cama con alguna de ell-
— ¡Mera! — dijo victoria sacándome de mis pensamientos, gracias.
— Uh, ¿qué sucede? — pregunté volviendo en sí, mirándoles a ambas.
— Te estaba dando las gracias por aceptar trabajar con nosotros, eres muy buena en lo que haces. — sonrió, podría encontrar algún doble sentido en su mensaje pero no lo había. Estaba siendo honesta y respetuosa.
Ah, bueno lo de trabajar... les debo explicaciones.
— No es nada, además es algo que me apasiona. — respondí con modestia y una leve sonrisa.
— Vendrás con nosotros a los próximos shows por Estados Unidos — acotó Mariana y nuevamente observó a Miko con aquella mirada.
La puta mirada, no sabía descifrarla pero siempre que estaban conmigo se miraban así, cómplices.
— Claro — sonreí intentando parecer tranquila, pero mi mente pensaba una y otra vez por qué se miraban así siempre estando conmigo.
Además, me daba un poco de incertidumbre saber qué pasaría en ese viaje con estas dos mujeres que me traen loca.
— Ya termino de confirmar el show en Los Ángeles y podemos irnos. — menciona la pelicorto yendo a otra parte del estudio, una pequeña incomodidad se instaló en mí.
Volver a Los Ángeles tan pronto no estaba en mis planes, y menos cuando había huido de mi ex.
— Tas medio pálida mami — dijo la ojiazul mientras se acercaba a mí.
— Uhm, solo pensaba algunas cosas — solté sincera y me encogí un poco, sin mirarla.
— Cuéntame — murmuró alzando mi rostro para hacer que la mirara, sus ojos azules conectaron con los míos al instante.
— Y- yo prefiero no ha- blar de eso — dije nerviosa por su cercanía y además no quería contarle mis problemas de ex pareja a ella.
Vi como hacía un mohín con su boca, esbozando una pequeña sonrisa luego y asintiendo.
— Está bien, lo siento. — se disculpó y se dispuso a alejarse de mí pero la tomé de los brazos evitando que lo hiciera.
¿Qué hago? Joder es que me gusta su cercanía, podía contarle todo me valía la poca confianza que hubiese, solo no quería contar lo estúpida que fui en esa relación y los malos recuerdos que me traía.
— No lo tomes a mal, no lo dije de mala manera — dije para remediarlo, ella iba a contestar pero Mariana apareció de nuevo en el lugar.
— Mera, mi mai necesita que la ayude con algo y — hizo una pausa para mirar su reloj — puñeta no me da tiempo de devolverte a tu casa — me miró con cierta pena en sus ojos.
— No te preocupes — dije rápidamente, apenada también pues realmente esperaba por ella. — pediré un uber o me voy caminando no me queda tan lejos — sonreí nerviosa, tomando mis cosas para emprender camino hacia la puerta del estudio.
