Capítulo 1: El Comienzo de la Soledad

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Hoy es el día. El día en que finalmente empiezo mi vida sola, y nunca pensé que este momento llegaría tan rápido. A mis veintiún años, me encuentro frente a la puerta de mi nuevo departamento, sintiendo una mezcla de emoción y ansiedad. Esta es mi oportunidad de independizarme, de dejar atrás el pasado y construir un futuro propio.

Con las llaves temblorosas en la mano, respiro hondo y abro la puerta. El aire fresco del lugar me recibe, y una oleada de nerviosismo me invade. Pero estoy decidida a hacer de este espacio mi hogar, así que me adentro en él con determinación.

El apartamento es pequeño pero acogedor. La sala de estar está iluminada por la luz del sol que se filtra a través de las cortinas blancas, y los muebles minimalistas le dan un aire moderno. Me siento en el sofá y contemplo el espacio a mi alrededor. Este será mi refugio, mi santuario lejos del mundo exterior.

Sin embargo, la sensación de soledad comienza a hacerse presente. Es extraño estar aquí sin mis padres, sin el ruido familiar de mi casa de toda la vida. Pero sé que este es el paso que debo dar para crecer, para convertirme en la persona que quiero ser.

Mientras recorro las habitaciones del apartamento, mi teléfono comienza a vibrar en mi bolsillo. Lo saco y veo el nombre de Eider en la pantalla. Un escalofrío recorre mi espalda al ver su nombre, pero decido ignorar la llamada. No quiero tener nada que ver con él.

Eider fue mi novio durante casi dos años, pero nuestra relación terminó de la peor manera posible. Él era posesivo, controlador y violento, y yo finalmente tuve el coraje de alejarme de él. Pero parece que él no está dispuesto a dejarme ir tan fácilmente.

Mientras intento distraerme con la organización de mis cosas, mi teléfono vuelve a vibrar. Esta vez es un mensaje de texto de Eider.

"Carolina, ¿por qué no respondes mis llamadas? Te necesito. Te amo y sé que tú también me amas. No puedes esconderte de mí para siempre."

La sensación de miedo se apodera de mí mientras leo sus palabras. ¿Cómo pudo encontrar mi número? ¿Cómo sabe dónde estoy? Me siento atrapada en una pesadilla de la que no puedo escapar.

Trato de calmarme respirando profundamente, recordándome a mí misma que estoy a salvo aquí. Pero cada mensaje de Eider es como una sombra que se cierne sobre mí, recordándome el peligro que aún acecha en mi vida.

Decido bloquear su número y trato de concentrarme en hacer de este lugar mi hogar. Me sumerjo en la tarea de desempacar mis pertenencias, tratando de mantener mi mente ocupada y alejada de los pensamientos oscuros que amenazan con consumirme.

El día pasa lentamente, pero finalmente llega la noche. Me preparo una cena sencilla y me siento en el sofá, sintiendo el peso de la soledad sobre mis hombros. Pero también siento una chispa de esperanza, una sensación de libertad que viene con la independencia.

Mientras me acurruco bajo las mantas en mi nueva cama, cierro los ojos y me prometo a mí misma que no dejaré que el miedo me controle. Este es el comienzo de mi nueva vida, y estoy decidida a enfrentar lo que sea que venga con valentía y determinación.

Pero mientras me sumerjo en el sueño, una última pregunta ronda mi mente: ¿qué más está dispuesto a hacer Eider para mantenerme bajo su control?

***

La luz del sol se filtra a través de las cortinas y me despierta suavemente. Abro los ojos y me estiro perezosamente en la cama, sintiendo una mezcla de excitación y ansiedad por el día que me espera. Es mi primera mañana viviendo sola, y tengo todo un mundo de posibilidades por delante.

Me levanto y me dirijo a la cocina para prepararme un café, tratando de ignorar la sensación persistente de que algo no está bien. La conversación con Eider aún ronda en mi mente, y sé que no podré descansar hasta que descubra cómo consiguió mi número y dónde me está encontrando.

Mientras espero que el café se prepare, reviso mi teléfono en busca de nuevas noticias. No hay mensajes ni llamadas de Eider, lo cual es un pequeño alivio. Pero sé que no puedo bajar la guardia. Él es impredecible, y no tengo idea de lo que podría hacer a continuación.

Decido comenzar el día con una caminata por el vecindario. Necesito aire fresco y tiempo para aclarar mi mente. Me pongo una chaqueta y salgo a la calle, sintiendo el sol en mi rostro y el viento en mi cabello.

Mientras camino, observo a la gente que pasa a mi alrededor, preguntándome si alguno de ellos podría ser Eider disfrazado. La paranoia se apodera de mí, y me siento como si estuviera siendo observada en todo momento.

Decido regresar a casa y concentrarme en las tareas del día. Necesito mantenerme ocupada para mantener mi mente alejada de los pensamientos oscuros que amenazan con consumirme.

Después de desayunar, decido hacer algunas compras para mi nuevo departamento. Necesito algunas cosas básicas, como utensilios de cocina y artículos de limpieza. Salgo al supermercado más cercano y comienzo a recorrer los pasillos, llenando mi carrito con todo lo que necesito.

Mientras estoy en la sección de productos de limpieza, siento que alguien me está observando. Me giro bruscamente, pero no hay nadie detrás de mí. Sacudo la sensación de incomodidad y sigo adelante con mis compras, tratando de mantener la calma.

Termino mis compras y regreso a casa, sintiendo un leve alivio al estar en un lugar familiar. Pero la sensación de estar siendo observada no desaparece, y me pregunto si Eider está acechando en algún lugar, esperando el momento adecuado para atacar.

Decido que es hora de tomar medidas. Necesito saber cómo está Eider encontrándome y detenerlo antes de que sea demasiado tarde. Me siento frente a mi computadora y comienzo a investigar, buscando cualquier pista que pueda ayudarme a desentrañar este misterio.

Mientras busco en línea, mi teléfono comienza a sonar. Miro la pantalla y veo que es un número desconocido. Mi corazón se acelera mientras contesto la llamada, preguntándome si es Eider quien está al otro lado de la línea.

— ¿Hola? —digo, tratando de mantener la calma.

—Carolina, soy yo. —la voz en el otro extremo es familiar, pero no es la de Eider. Es una voz suave y tranquilizadora que me llena de alivio.

— ¿Quién eres? —pregunto, confundida.

-—Soy Chris. Nos conocimos en el supermercado esta mañana. ¿Recuerdas?

Una oleada de alivio me invade al recordar al amable desconocido que me ayudó a alcanzar un artículo en el pasillo del supermercado.

— ¡Ah, sí! Lo siento, no reconocí tu voz. ¿Qué pasa? —pregunto, curiosa por saber por qué me está llamando.

—Solo quería asegurarme de que llegaste a casa bien. Te vi un poco nerviosa en el supermercado y quería asegurarme de que estuvieras bien.

Una sonrisa se forma en mi rostro mientras escucho sus palabras. Es reconfortante saber que hay personas amables en este mundo, personas dispuestas a preocuparse por los demás.

—Gracias, Chris. Eso significa mucho para mí. —digo sinceramente.

—De nada, Carolina. Estoy aquí si necesitas algo. No dudes en llamarme si necesitas ayuda.

Cuelgo el teléfono con una sensación de gratitud. Aunque el misterio de cómo Eider está encontrándome aún no se ha resuelto, al menos sé que no estoy sola. Hay personas dispuestas a ayudarme, y eso me da esperanza para el futuro.

Cicatrices de Amor [PAUSADA]Where stories live. Discover now