Capítulo 21

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SARA

Lo escuché todo en el aparcamiento de la discoteca, los vi salir juntos y les seguí sigilosamente hasta que pararon entre dos coches. Puede que penséis que estaba loca pero algo hacía que nunca terminara de confiar en las personas. Quería a Manuel, pero algo en mi interior seguía con esa desconfianza. Cuando te decepcionan una vez, puedes ser capaz de perdonar. Cuando te decepcionan dos, ya vas con pies de plomo, pero te prometes que no habrá una tercera porque debes tener un poco de amor propio. Por mi propio bien, no pensaba dejar que Manuel volviera a romperme el corazón, pero tras escuchar esa conversación, fui consciente de que no era algo que pudiera decidir a la ligera. Estaba tan enamorada de él que si la volvía a cagar, era capaz de perdonarle y entonces mi amor propio quedaría en el subsuelo. Así me sentía en esos momentos.

Inés quería estar con él, ella le había dicho "te quiero" y él se había quedado callado. No pude aguantar más y me fui. Estaba de camino a casa llorando como una idiota por algo que sabía que tarde o temprano pasaría. Manuel no estaba seguro de lo nuestro.

Esa mañana le escribí "te quiero" en un mensaje y no había sido capaz de decirme nada al respecto. Lo mejor en esos momentos era alejarnos porque me hacía daño a mí misma. El amor no correspondido, era lo peor.

¿Había estado todo ese tiempo jugando conmigo? ¿Riéndose de mí?

¿Había pasado algo con Inés mientras estaba conmigo?

Tantas preguntas de las que no tenía respuesta y mi cabeza era un torbellino. Mis inseguridades salieron a flote. No pude evitar pensar que comparaba lo que yo hacía con lo que hacía con Inés y me sentí minúscula a su lado. Mi mente era mi peor enemiga y recibía constantes comentarios: "No eres suficiente para él" "No mereces estar a su lado" "Seguro que con Inés estaba mejor" "Seguro que piensa en Inés cuando está contigo"...

Sabía que era algo que tenía que trabajar. Mi autoestima estaba bajo tierra y no podía permitirlo, era mi prioridad y me tenía que dar el lugar que merecía, por eso cuando esos pensamientos llegaban a mi cabeza los apartaba enseguida. No lo había tratado con Vanessa porque no era capaz. ¿Con qué cara le hablaba de la exnovia de su hijo mayor? No podía, eso tenía que aprender a sobrellevarlo yo sola.

Las lágrimas cayeron por mis mejillas y sentí que mi mundo se desmoronaba por momentos. Empecé a correr cuando vi mi casa al final de la calle, y en cuanto llegué cerré la puerta silenciosamente y subí a mi habitación.

Allí, empecé a desvestirme y a ponerme el pijama, no me desmaquillé, no me apetecía, entré en la cama y antes de dormir le mandé un mensaje a Esmeralda.

Sara:

Me he ido, no me encontraba bien.

A Manuel no le escribí nada, no quería que supiera de mí.

Me quedé dormida escuchando música triste y, al cabo de las horas, me desperté porque me estaban llamando por teléfono. Era él.

Pasé, lo puse en silencio y solo esperé a que dejara de llamar, pero mi corazón se desbocó cuando vi que me volvió a llamar y ya era la quinta. Sopesé si responder o no, pero decidí mandarle un mensaje.

Sara:

Estoy en casa, deja de llamar. 

Estoy bien.

Volví a dejar el móvil, no me volvió a llamar más y, si me contestó al mensaje, ni siquiera me enteré porque rápidamente caí en los brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente, me desperté con un dolor de cabeza terrible a causa de llorar tanto la pasada noche.

Encendí el móvil después de ponerlo a cargar y empezaron a llegar mensajes: de Manuel, de Esmeralda, de mi hermano...

El primero que abrí fue el de mi hermano, porque de esas tres personas, la que más me importaba era él, pero en cuanto leí por encima en el mensaje "Manuel", lo volví a cerrar. Prefería pensar las cosas con claridad antes de hacer algo de lo que me pudiera arrepentir después. Abrí los mensajes de Manuel.

¿Qué coño te pasa ahora?

Fue el primer mensaje que me mandó la noche anterior que fue seguido de unos cuantos más.

Creo que me puedo hacer a la idea.

Me gustaría que cuando tengas un problema, me lo cuentes a mí y no desaparezcas.

¿Acaso no confías en mí?

No sé si voy a poder con esto Sara.

Ese último mensaje era el último y lo mandó dos horas antes.

Apagué el teléfono otra vez.

¿Había cortado conmigo cuando no llevábamos ni dos meses?

No lo podía creer, pero decidí no pensar en eso, tenía que estar centrada en mis estudios y no quería distracciones. Que hiciera lo que quisiera, si quería estar que estuviera, si se quería ir que se fuera pero yo no le iba a retener.

Algo más que un amor de veranoWhere stories live. Discover now