Ojos de águila.

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Dos.

Pude sentir cómo alguien me acogía entre sus brazos. Bastó con abrir un poco los ojos para darme cuenta de que Adler me tenía cargada mientras subíamos por el elevador. Quise despertarme por completo y decirle que me bajara, pero sentía como si una energía enorme me cerrara los ojos sin yo poder protestar.

Abrió una puerta y lo siguiente que hizo fue dejarme gentilmente en la cama. Sentí la manta dándome calor y también como la puerta de la habitación se cerraba.

༓࿇༓

La alarma me despertó, y aunque no quería siquiera abrir los ojos, tuve que hacerlo.

Me levanté y apagué la alarma que estaba en una mesita de noche. Eran exactamente las dos de la mañana. Hoy tenía que ir al club llamado "Las cinco puertas del cielo".

Este lugar se llamaba así por un edificio de cinco niveles que ofrecía entretenimiento sexual y juegos de mesa al público. Yo pertenecía al nivel cinco, donde se entretenía a los más millonarios y billonarios del país e incluso del mundo.

Es increíble cómo a las personas les gustan ese tipo de lugares.

Yo, por lo tanto, me quito el estrés bailando, ya que es el único lugar donde puedo ser yo misma, donde las personas me aplauden por lo que amo, me admiran y sienten deseo por mí. Eso me hace creer que tal vez las personas que van a ese lugar hacen lo mismo que yo y también lo sienten, pero de otra manera.

No estoy ahí por dinero, eso lo tengo de más. Disfruto bailar de forma sexy y hacer venir a muchas pollas.

No tardé mucho en ponerme algo cómodo y estar muy abrigada, esa era la vestimenta típica de todos los miércoles y sábados, porque por mala suerte solo bailaba dos días.

Algunas chicas como yo lo hacían por gusto, otras porque no tenían alternativas y otras por circunstancias que desconozco, pero me repito que no es problema mío. Conocí ese lugar por Delay, mi enigmática compañera.

Salí de la habitación con la mochila en brazos. Sabía que Adler no se despertaría, gracias a los años que tengo viviendo con él, he sabido que toma pastillas para dormir y no lo despierta ni la tormenta más espeluznante.

Pasé por su habitación, que estaba cerrada y bajé las escaleras. Nunca uso el elevador en estos casos, ya que hace mucho ruido.

Siempre he dicho lo exagerado que se ve una casa con elevador, pero por el tamaño que esta tiene lo dejo pasar.

Salí de la casa y me dirigí a buscar mi coche. Me dirigí al edificio CPC, que en unos diez minutos y algo llegaba al instante.

✰⋆。:゚・*☽:

—Es injusto —mencionó Delay, que en este lugar se apoda Rojita, y es que todas sus pelucas son rojas—, ¿cómo es posible que hayan bajado de puesto a Catrina?

Es decir, la enviaron a la cuarta puerta, que se especifica en calentar a hombres ricos mientras se drogan y hacen lo que quieran con ellas. Es un lugar al que no pisaría. Catrina, o mejor dicho, Katherine, que es su verdadero nombre, hizo cosas que no debió.

—Ya subirá de puesto, ella tiene muchos clientes, Ramiro lo sabe —dije mientras me daba mi último toque de rímel.

—¡Ay! Pero me asusta, porque lo que ella hizo fue grave, robar droga. ¿Por qué hizo eso? —se quejó nuevamente. Ella era muy sensible con sus amigas, pero también es capaz y nunca se queda callada, al igual que yo.

Al terminar, me volví y sostuve su rostro con mis dos manos.

—Voy a hablar con Ramiro y, si es necesario, con Gerardo, pero ya deja de preocuparte. Sabes muy bien que ella aunque sea una adolescente sabe lo que hace. Así que ve a mover ese culo  —Ella sonrió de forma perversa, pero sus ojitos la hacían ver tierna-perversa y sus ojos marrones claros eran perfectos para su piel morena —. Ya, anda, Rojita.

LAS NOCHES DE ORIÓN {+18}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora