Infected -Deathduo-

1

Narra Missa.

Habían pasado aproximadamente unos 4 meses desde que me fui de la isla por motivos de trabajo, estaba ansioso por regresar con mis hijos Chayanne y Tallulah, mis bebés, de seguro habrán pensado que los abandoné o algo así, quizás no debería de regresar... no Missa, ellos son tu familia por favor, sé que me aman y me extrañan demasiado.

"Valla lío" dijo Missa para el mismo mientras caminaba al rededor del muro.

"Missa!"

Esa voz definitivamente es de Badboyhalo.

"¡Badboyhalo!"

"Missa", Badboy se acercó a Missa abrazándolo, "te eche de menos Missa, la isla no es lo mismo sin ti".

Acepte el abrazo gustoso y se lo correspondí.

"Jaja lo sé lo sé perdón, pero el trabajo me tenía muy ocupado" dije sonriendo y separándome del abrazo de Bad.

"Ni que lo digas, ¿a donde te diriges?"

"Iré con Philza, tengo tanto sin verlo y bueno tengo cosas que contarle", Missa sonrió al recordar a su esposo.

"Hu... claro Philza el... bueno es que a estado actuando raro, cuando lo veas dile que necesito hablar con él", Bad pareció ponerse un poco serio al hablar sobre Philza.

"Hu... claro yo le digo pero a qué te refieres con que está ra-"

Me vi interrumpido ya que sentí a alguien abrazándome por atrás y poniendo sus manos en mi cintura.

"¿Interrumpo?", preguntó la extraña persona con voz áspera y seria.

"Philza" dijo Bad viéndolo desafiante.

Voltee un poco mi cabeza viendo un par de alas negras y el rostro de mi esposo, Philza.

"¡Philza!", Missa se dio la vuelta para abrazar con cariño a su esposo y dándole varios besos en la mejilla.

Philza pareció relajarse un poco ante esto ya que su postura se relajó y abrazó de vuelta a su lindo esposo.

"Bueno Missa espero verte después, cuídate" dijo Bad para irse lo más rápido que pudo.

"Philza, tengo tantas cosas que contarte" dijo Missa con una sonrisa y dejándose abrazar por su esposo.

"Claro, te escucho", Philza le sonrió pero había algo raro en sus ojos.

Missa lo noto, pero no le presto tanta atención ya que sintió como los nudillos de sus manos fueron tiernamente besadas por su esposo.

"Te extrañe", dijo Philza.

Missa se sonrojo un poco ante el acto pero se dejó mimar un poco.

"Yo también, los extrañé, a ti Chayanne y Tallulah" dijo Missa sonriéndole con cariño.

Philza simplemente le sonrió con dulzura y como si de una princesa se tratara, cargó a su esposo y con ayuda de sus alas emprendieron vuelo para ir a su hogar.
Missa con algo de miedo abrazó a Philza por el cuello y hundió su rostro en el pecho de el mismo.

Si