(Capítulo 4) (Recién Graduada)

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Por primera vez en mi vida andaba caminando con una sonrisa entre los pasillos de la universidad, por primera vez después de mucho tiempo me sentía despierta y llena de vida.

Tenía tres libros, uno sobre el otro en mis brazos, Sentí que mi teléfono vibraba en mi bolsillo y lo puse en la parte superior del libro para poder leer.

Al leer ese mensaje y ver cómo Alessandro estaba más entusiasmado de que me graduara, que yo misma, comencé a caminar con una sonrisa en la cara. Debería haber sabido que Spencer estaba cerca, ya que aparece en todos lados.

"¡Hey! Why aren't you answering my texts?", me dice respirando fuerte por el intento que hizo en intentar de alcanzarme.

"¿Eh?" Le respondo guardando el teléfono de nuevo . Tal vez podría haber vivido por un tiempo en los Estados Unidos, pero eso no quiere decir que soy fluido en Inglés, más bien me cuesta un poco.

"Tu Cell Phone" me dice señalando al teléfono. "¿Por qué tú no answering?", me pregunta con señas para que le pudiera entender.

"Oh sorry" Le digo siguiendo caminando, él camina a mi lado. "He estado ocupada con la graduación", le explicó. Traté de caminar rápidamente a mi taquilla para ahorrar algunos libros y salir de la conversación, pero como siempre, me siguió hasta ahí que me hizo suspirar.

"There's a Grad party tonight, Are you coming?" me pregunta. Jamás he participado en una fiesta estadounidense. No se parecen a los que voy a Italia, por lo que he oído. Para ser honesta, no tenía curiosidad de comprobar si eso era cierto o no.

"No sorry." Le respondo mientras cerraba el locker. "Tengo planes con mi novio" Al escuchar eso, El gringuito se congeló. Se quedó mirándome, dudando de si había entendido bien.

"¿Él está aquí?" Me pregunta con su español machucado y sus ojos agrandados. No podía esperar a comenzar mi vida después de la escuela oficialmente así que solo le dije que sí con la cabeza y caminé hacia la última clase del día, esperando con ansia el último despido.

A lo que me dejaron ir para mi casa empecé a caminar a casa lo más rápido posible, usualmente esta es la parte que trataba de hacer todo lo posible para no llegar a casa, pero esta vez todo era diferente.

Por primera vez en mi vida cuando llegué a mi casa no llegué a un desastre, ni a botellas o a un papá borracho. Esta vez llegué a ver a mi novio cocinando en la cocina. A lo que llegué, empecé a oler miles de olores espectaculares. Mientras más lo olía, más sentía una tormenta de hambre en mí estómago. Puse las llaves en el mesón y con una sonrisa en mi cara lo abracé por atrás mirándolo con ojos de amor.

"Bentornata a casa, Recién Graduada" Me dice Alessandro volteandose para poder abrazarme. A lo que se volteó pude ver la gran sonrisa de orgullo que traía en su rostro.

"Huele increíble", le digo asomándome a ver la comida mientras aún estaba entre sus brazos. Alessandro agarró mi mano y me llevó hacia la silla del mesón, haciendo que me siente para poder servirme y servirse a él.

"È molto rico" Le digo después de haberla probado. Alessandro comenzó a reír a lo que vio que comencé a comerla rápidamente.

"Ey ey" me dice en carcajadas alejando el plato un poco de mí. "No se va a ir a ningún lado" Yo comencé a reír.

"Es que enserio está muy buena", le aseguro agarrando otra cucharada. Cuando por fin me sentía finalmente relajada, escuché la puerta, haciendo que mi ansiedad se suba al mil en menos de un minuto.

"Papá", exclamo mientras me detenía asustada, tratando de evitar mirar a Alessandro y empeorar la situación lo más posible. Aunque no estaba segura de si estaba borracho esta vez, estaba en un estado de ánimo desfavorable. En ese momento solo esperaba que mi padre se meta en su cuarto y no diga nada, pero no era posible, tengo el padre más impredecible del mundo.

"¿Dónde está mi comida Amara?" Me pregunta mi padre, jalando una silla del comedor bruscamente y sentándose. Alessandro arrugó su rostro al ver el comportamiento de mi Padre. Puso esa cara que los golden retriever ponen cuando te traen un juguete y no les sigues el juego. Era evidente que carecía de comprensión, prefiero que se quedara así a que realmente sepa como es.

"Vado aquello" le digo con una voz baja. Justo cuando fui hacia el sartén Alessandro me agarró el brazo.

"Mara, no dejes que te trate así", me dice con un rostro preocupado y aparentemente enojado. Me gustaría decirle que no tenía otra opción, pero sabía que no tendría tiempo para hacerlo, ya que escuché cómo la silla en cuál mi padre se había sentado se había movido.

"No debiste hacer eso", le digo, con una voz lamentada, Alessandro volvió a poner su cara de Golden retriever confundido, pero justo antes que pudo decir algo, mi padre lo empujó. A mi padre no le gusta que se metan en su vida de cualquier forma.

"Papá!" Le grito, tratando de apartar a ambos de que se forme alguna pelea. Pensé que Alessandro fuera lo suficientemente inteligente como para quedarse callado y no seguir alborotando a mi padre, pero no pudo aguantarse y decidió defenderme.

"Non puoi trattare tua figlia così!", le dice a mi padre de una manera disgustado de cómo me trata. Mi padre lo volvió a empujar esta vez de manera más brusca.

"No me digas cómo tratar a mi hija, tú no sabes nada" le responde. Mi padre fue directo hacia donde guardaba el alcohol. "Por favor no agarres una botella", pensé.

"Siéntate papá, ya casi está la comida" Le digo con los nervios a punta, por suerte me hizo caso y se sentó. Antes de ir hacia el sartén, me acerqué a Alessandro.

"Penso Che es mejor que te vayas" Le digo apenada en una voz baja, Alessandro no es un mal novio. Solo por verme la cara sabía que lo decía en serio y me hizo caso.

Hasta que regreseWhere stories live. Discover now