Tres abejas

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Christopher hablaba por teléfono con Aimeé era casi imposible que no se llamaran antes de dormir aunque su madre ya comenzaba a preguntar con quien hablaba en la madrugada pero era la hora perfecta donde los enamorados se buscan y los sentimientos están a flor de piel, a Christopher le parecía romántico sobre todo porque las conversaciones se trataban del viaje a Paris, aunque sería por unos cuantos días era imposible no ilusionarse con la ciudad del amor ¡Cuántas historias no se escuchaban de parís! Era emocionante solo pensarlo, Christopher había comenzado a escuchar música en francés desde que se enteró que irían y le parecían demasiado románticas y dulces que esperaba con ansias el día en que se sentara en la terraza de una calle con un vino y queso a ver a los franceses caminar mientras atardecía.

-       ¿Entonces estas practicando algo de francés?

-       Desde antes de conocer sobre el viaje – dijo ella muy orgullosa de estar un poco preparada en ese aspecto.

-       ¿Y tienes ya todo listo? ¡Ya falta una semana!

-       Necesito que mañana me acompañes a realizar unas compras

-       Por supuesto ¿A qué hora?

Pero pasaron unos segundos y ella no contestaba a Christopher le preocupo que hubiera colgado por lo que se fijó en la pantalla del celular y las dos horas que tenían conversando las seguía marcando.

-       ¿Qué pasa?

-       Estoy nerviosa y cansada

-       Cierra los ojos entonces

-       ¿Para qué?

-       Ya verás – con ese tono de voz era imposible negarse

Ambos cerraron los ojos y Christopher comenzó a hablarle  con una voz dulce y tranquila

-       Estamos a la orilla de un rio, escucha como corre el agua, siente como el aire fresco toca tu cara  caminamos hasta que llegamos a una sombra y nos sentamos puedes quitarte los zapatos y ella concentrada en eso lo hizo y logro sentir la tierra en sus pies.

Las sensaciones que estaba describiendo las estaba sintiendo, dejándose simplemente llevar.

-       Siente como acaricio tu cabello, mis manos tocan tu manos delicadamente

Eso le parecía muy raro a ella pero siguió escuchándolo hasta que se dio cuenta que se estaba relajando donde solo su voz se escuchaba como un murmullo lejano.  La sesión de relajación termino cuando la trajo de nuevo al aquí y al ahora.

-       ¿Dónde aprendiste eso?

-       No lo sabía pero quise intentarlo contigo ¿Funciono? ¿Vas a dormir más tranquila esta noche

-       Si

Colgaron dejándola descansar y Christopher dirigió a la mesa de madera que le servía de escritorio donde vio un par de sobres, recordó que cuando llego a casa los vio afuera tirados, tenían su nombre por eso los tomo pero no tuvo tiempo de ver que era porque su madre lo llamo para cenar, uno era azul y otro rosa comenzó abrir el de color azul que era de su favoritos.

Solamente tenía escrito su nombre y una firma que desconocía, la letra era descuidada y de color azul, le dio vuelta a la hoja y vio que se trataba de un dibujo le tomo unos segundos en darse cuenta que lo que miraba era su rostro de hace cuatro años se miraba la inocencia en su rostro.

Se preguntaba quien lo dejo a fuera de su casa y porque, entonces esperando que el sobre rosa le diera una respuesta lo abrió, pero simplemente decía la vida tiene muchos caminos y la misma firma, era la misma letra dio la vuelta a la hoja y era otro dibujo de él cuando tenía la misma edad del otro dibujo aunque en esta ocasión lo que resaltaban eran sus ojos enormes.

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⏰ Last updated: Apr 17 ⏰

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