❤️‍🔥CAPITULO 29❤️‍🔥

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El juicio había llegado, fue tan apresurado que solo la élite de Londres y los altos mandos de la FEMF estaban presentes, los periodistas fueron prohibidos, el Ministro estaba decidido a cumplir su promesa, todos estaban a la expectativa, el ambiente se puso pesado cuando el italiano entró a la sala, caminaba con tranquilidad como si su cuerpo no hubiera sido molido a golpes, como si hacía apenas una hora no hubiera perdido la conciencia.

-Señor Mascherano, tome asiento- el juzgado estaba en un silencio abrumador, el hombre captó la orden no sin antes dedicarle una mirada a la familia Morgan.

Se podía escuchar la respiración pesada de los presentes, pero todo fue interrumpido cuando Damon empezó a silbar despacio, haciendo que Christopher Morgan estuviera al borde de la desprecion.

-Silencio - ordenó el juez, pero el silbido se hizo más fuerte. El hombre nuevamente pidió silencio, pero su orden no fue obedecida. Golpeó el martillo con mucha fuerza, pero el italiano subió el volumen de su silbido.

Pero cuando calló, todos se pusieron alerta. Gritos y disparos se escucharon a lo lejos. En medio de ese ruido, a la distancia, se podía distinguir el mismo silbido. Antes de que alguien pudiera reaccionar, las puertas se abrieron con violencia, y miles de hombres entraron rodeando todo el lugar.

-Señor - Ehta se abrió paso entre todos, sacando un pañuelo para que su jefe limpiara su rostro ensangrentado.

-Su dama está por llegar. No creo que quiera que lo vea así - habló con tranquilidad, ignorando las armas que los apuntaban. El italiano sonrió, tomando el pedazo de tela. Sus ojos cayeron sobre la mujer que entraba con soberbia.

Camina a paso firme. Tenía un vestido negro pegado al cuerpo, resaltando esas curvas de infarto. Su pelo le llegaba al mentón. La jeta la portaba con orgullo, los labios rojos le quitaban inocencia a su rostro, volviéndola un pecado andante. Pero el cuervo posado en su hombro y el lobo que caminaba a su costado hacían que a muchos les temblaran las piernas.

-Ci scusiamo per il ritardo - habló para todos en italiano. La mujer que entró era una Mascherano; es la dama de la mafia.

-Cariño - su madre trató de ir hacia ella, pero cualquier intento murió cuando todos los hombres que respaldaban a la mujer apuntaron hacia ella, obligándola a retroceder.

-Conejito - su esposo sabía que algo pasaba, pero no lograban averiguar qué. La detalló con más cuidado. Es impresionante el aura que transmite.

El italiano miró con desesperación a su mano derecha, la cual bajó la cabeza avergonzada. Una sonrisa aparece en sus labios al ver que todo esta saliendo a la perfección. Decidió tratar de caminar hacia su mujer, pero el coronel se le plantó delante, apuntando su arma hacia la frente del Mascherano.

-Anda, haz que te vuelve la cabeza - no dio ni tiempo de reaccionar cuando la dama sacó su arma, cortando la distancia entre su hermano. Dejó el cañón en su nuca, quitó el seguro. Todos miraban la escena atónitos.

-Traidora a tu sangre - la acusó su hermana, apuntando hacia ella, pero su padre la obligó a bajar el arma.

-Hermanita, recuerda: no juegues con fuego, que te vas a quemar- la voz le salió calculadora, desatando las carcajadas de Regina.

-Baja tu maldita arma o te vuelo la cabeza y ordeno matar a todos los presentes- ella no está para juegos de niños. El hombre soltó el arma, levantando las manos. Se giró, detallando a la mujer que un día fue el ser que más amó.

Ella no bajó el arma ni dejó de apuntar hacia su sangre, incluso cuando su esposo la tomó de la cintura, sumergiéndolos en un beso apasionado.

-De aquí no te irás, Regina- habló su padre cuando hicieron el intento de huir. La mujer se regresó con enojo, viendo cómo el hombre que le dio la vida apuntaba directo a su vientre.

-Mi sangre no va a parir ratas- aseguró. La mujer cortó la distancia entre su progenitor y ella. El arma quedó en su corazón. La sonrisa de la dama no se borró.

-Anda, dispara- habló con los dientes apretados, a punto de derrumbarse. El cansancio y el dolor le estaban cobrando factura.

-Que dispares, maldito cobarde- gritó, sacando su arma y sin pudor alguno disparó hacia su hermano, que cayó al piso por el impacto. El hombre quitó el seguro, sintiendo cómo sus manos sudaban. Más al verla, solo podía ver a esa niña tierna que solo quería estar tras de él.

-Regina, por favor- gritó su madre, presa del miedo al ver cómo su hija mayor trataba de detener el sangrado de su hermano desesperada.

-Dispara, Ministro- habló lento y llena de burla. Su arma fue hacia su madre, que cerró los ojos esperando el impacto.

-Yo sí te mato- Milenka sacó su arma apresurada, y sin pensarlo disparó.

El Morgan se quedó quieto al ver la sangre que manchaba sus pies. El lobo empezó a aullar, el cuervo graznó, volando por todo el juzgado. El italiano miró la escena atónito. Sus piernas temblaban, sintiendo el peor de los dolores al ver a su amigo tendido en el suelo con el torso perforado por las balas.

-Ehta- la voz de la mujer salió llena de tristeza. Sus rodillas pegaron con fuerza en el piso, negando una y otra vez.

Damon, al ver cómo la Morgan levantaba nuevamente su arma hacia su mujer, no se lo pensó dos veces para lanzar la orden, todos sus hombres dispararon con un solo objetivo, Milenka fue fusilada, la primera dama lanzó un grito lleno de desesperación, trató de llegar a su hija, pero su esposo la detuvo al ver que la lluvia de balas no se detenía.

-Con esto doy por terminada la guerra. Si no quieren enterrar a su otro hijo, les conviene rendirse- advirtió el Mascherano, sus ojos cayeron en su esposa, la cual se aferraba a Ehta, que estaba siendo llevado fuera del lugar. La mujer lo siguió a paso apresurado, le dedicó una mirada a sus padres antes de marcharse, indiferente a la situación como si su hermana no fuera de importancia, Damon estaba más que satisfecho su venganza fue concluida, acabando con dos Morgan

-Regresarnos a Regina y esta guerra termina- las palabras del Ministro hicieron reír a Damon.

-Regresarte a Regina- preguntó con sarcasmo.

-Uhhh, pues eso ya no se puede, bueno, no a Regina Morgan, a esa ya la maté- habló con burla antes de darse la vuelta e irse.

El italiano no era inocente, la sonrisa cínica que se asomaba en su rostro lo delataba, él amaba a Regina, claro que sí, pero tenía claro algo: no quería a esa mujer inocente, amaba a Regina Mascherano, esa que disparó hacia su hermano, esa que declaró la guerra hacia su familia, qué ilusa fue su esposa al pensar que el Mascherano era diferente a su padre, son los mismos seres malignos que destruyen lo que dicen amar, la única diferencia es que la droga de Damon es su manipulación.

TODOS SABÍAMOS QUE DAMON NO ES INOCENTE, EL AMA A REGINA PERO EL QUERÍA QUE SE VOLVIERA EN CONTRA DE SU FAMILIA Y LO LOGRÓ, ESA ERA PARTE DE SI VENGANZA LA CUÁL ESTA A PUNTO DE CONCLUIR, ESTA HISTORIA TENDRÁ FINAL FELIZ

ASÍ ME IMAGINO LA ENTRADA DE REGINA

ASÍ ME IMAGINO LA ENTRADA DE REGINA

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⏰ Última actualización: May 06 ⏰

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