❤️‍🔥CAPITULO 28❤️‍🔥

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La alarma empezó a sonar no me he movido del trono de Damon desde que llegué de Rusia, el anillo de la Bratava adorna mi dedo, las grandes puertas se abren dándole paso a la luz que me quema las retinas más no me inmuto, entra Ehta dando una leve reverencia.

-Están en conferencia y Damon está a su lado; es un acto de humillación- me informa, lleno de rabia. Me levanto al instante, camino a paso firme. Los hombres están reunidos en la sala de conferencias, en ella se transmite el aviso de los Morgan. El italiano está esposado, tiene más golpes y se a lenguas que no están siendo atendidas. El enojo me carcome.

-Prende la cámara -ordeno. Todos se ponen en posición. La mujer encargada de esto me indica que ya estoy al aire.

-Se acabó el tiempo, señor Ministro- no corto su transmisión, sólo interfiero. Quiero ver el rostro de mi familia.

-Con el reloj marcando las veintidós horas, tomo la destrucción del Palacio Presidencial, la Casa Blanca en Estados Unidos, el Palacio de Buckingham en el Reino Unido, el Kremlin en Rusia y el Palacio de la Moncloa en España, como el grito de guerra que le declara la guerra a la rama judicial comandada por Christopher Morgan y Rachel James -empiezo, llena de enojo. Damon tiene los ojos puestos en la cámara.

-El reinado de los Morgan James terminó -corto, desatando una oleada de preguntas de los reporteros hacia el Ministro y su primera dama. Antes de que se corte la transmisión, Damon mueve su boca formando un conejito.

Me informan que el juicio se hará hoy. El enojo no me deja pensar con claridad. Ignoro el cansancio, no me inmuto ante el dolor de mi cuerpo y soy ignorante hacia el sufrimiento de mi corazón. No estaré en paz hasta tener a Damon a mi lado. Tanto querían que me convirtiera en una Morgan, y cuando lo hice, no les gustó.

-¿Qué haremos? -me pregunta un hombre. Yo lo miro, la boca se me seca, la adrenalina vuelve a bombearse por todas mis venas. Respiro hondo.

-Extraño Londres. Iré a darle un saludo a mis hermanos -todos sonríen al captar lo que dije. Ehta me mira sin reconocerme, y es la verdad. Ya maté a Regina Morgan. Ahora soy Regina de Mascherano.

DAMON MASCHERANO

El corazón no deja de latirme sin compasión. Está tan hermosa. El poder que se ve cada vez que habla me hace salivar. Saber que esa mujer es mi esposa me hace sentir más hombre. Me pone el ego en alto el verla preñado.

-De pie -a mi celda entran los mellizos, los cuales me miran con recelo. Dos soldados impecables, mejores que los padres. Seres infernales con caras inocentes que inyectan el pecado. Pero Regina es mucho más peligrosa, un lobo con disfraz de oveja. La subestimaron por años sin saber que el alma de esa niña estaba tan podrida que acabaría con vidas como si fueran simples hormigas.

-De pie -la mujer hace el intento de acercarse cuando me pongo de pie, azotando su mano hacia un lado.

-Solo mi esposa tiene el derecho de tocarme -mis palabras hacen rabiar al hombre, el cual no se la hace de emoción. Se me abalanza, impactando su puño en mi cara. Para mí no es nuevo este dolor, pasé años con torturas. Esto es un juego de niños.

-Basta, Owen -la primera dama hace presencia, haciendo que el soldado se detuviera al instante. Se pone de pie y sale apresurado, seguido de la hermana, pues solo bastó la mirada de la mujer para que nos dejara solos. El ambiente está pesado, más cuando la primera dama toma asiento con naturalidad.

-Anda, Damon -apunta hacia la silla, la cual tomo y sin pensarlo la lanzo hacia ella, que la esquiva con facilidad. La tranquilidad no se le borra y a mí la furia me crece.

-No eres un niño, comparte como un hombre -regaña, causando mi carcajada. Mis manos se dejan caer sobre la mesa, haciendo que su cuerpo se tense.

-Un hombre así como padre, quien asegura que Regina está en sus cabales. Tal vez deje órdenes, tal vez está drogada con mi nuevo invento- mis palabras logran mi propósito. Se tensa. Tomo otra silla para sentarme, ahora yo tengo el control.

-Ya quiero estar junto a mi mujer. No la dejaré salir de la cama por días -hablo con calma, cierro los ojos imaginándome a mi esposa.

-Cuando pide que pare, solo hace falta que perfore sus venas para que se tranquilice. Al final del día, un Mascherano sometió a una James, convirtiéndola en una devota a su santo -muerdo mi labio inferior. Ella hace sus manos puños cuando la sonrisa no se me borra. Sé que le di donde le duele. Los diarios de padre detallan a la perfección el calvario que sufrió y yo estoy haciendo lo mismo más que soy más inteligente.

-Ella no nos traiciona. Tú la volviste dependiente -dice con alegría. Me encogí de hombros.

-Lo único que debes saber es que está embarazada. Ella va a parir a cuantos hijos quiera y cuando me aburra de su coño, la mato. Es más, ella se suicida. Es tan sumisa que lo hará cuando no le preste la mínima atención -Ellos la volvieron así, una desesperada por un poco de atención. Solo bastó darle migajas para que se volviera en contra de su familia.

-Tienes miedo, Rachel. Pero no sé si tu miedo es porque tu hija está tan jodidamente drogada o porque te da miedo que ella me haya elegido a mí, que su cuello porta con orgullo la jadeita -me deleito con su angustia, con tranquilidad suelta una risita sutil.

-Oh mi querido Damon, no has cambiado, sigues siendo ese niño que me decía madre y le tenía miedo a la oscuridad -sus palabras me hacen enojar más. Me mantengo al margen al recordar mi vengaza al cual no fue sencilla, que es peor que ver morir a tu hija, verla convertida en lo que un día ella fue

-Y tú sigues siendo esa mujer egoísta que no le importó condenar a un niño para ponerse a salvo- suelto el veneno que me quema la garganta. Se acomoda el guante blanco corto que le llega hasta la muñeca, el porte seductor no se le a ido.

-Podemos ser la familia que siempre quisiste -trata de sonar amable. Suelto un suspiró, que tan estúpido piensa que soy

-Madre -fingí mi voz entrecortada y su sonrisa de superioridad aparece. Me pongo de pie abriendo los brazos. Mi cuerpo temblaba, no por tristeza, por enojo. Y ella confiada se acerca a mí con un rostro angelical.

-Oh mi niño -su voz me enferma y cuando está lo suficientemente cerca, la tomo del cuello golpeando su espalda en el vidrio.

-Eres una mierda, Rachel James- escupo con enojo. Los soldados llegan para separarnos. Ella no se inmuta, no hizo nada para detenerme. Y lo último que veo antes de perder la conciencia por los golpes es una lágrima recorriendo su mejilla para morir en sus labios. Maldita perra manipuladora.

❤️‍🔥SEDUCTORA TRAICIÓN❤️‍🔥Where stories live. Discover now