Capítulo 13.

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Flora

Despierto y noto que estoy sola en la cama. Ni siquiera he notado cuando Aiden se ha levantado. Son las diez de la mañana cuando miro el reloj y me levanto para vestirme antes de bajar a la cocina.

—Buenos días, bella durmiente — habla Malena que está sentada en el sofá con su portátil.

—Buenos días, Male. ¿Has visto a Aiden?

Camino hasta la cocina para tomar un zumo y me siento a su lado en el sofá.

—Dijo que se iba con un tal Óscar y que te dejaba una llave en la entrada para que puedas salir cuando quieras.

—Mmm, se levanta muy temprano para entrenar. ¿Lista para ir a visitar a Juliana?

—Lista.

Agarro mi bolso y meto mi teléfono, las llaves que me ha dejado Aiden y mis tarjetas. Al salir veo que hay varias personas caminando y que se me quedan mirando. Una pareja de ancianos me saluda con la mano y le devuelvo el gesto con una sonrisa. Es agradable sentir que algunos si me aceptan y me quieren aquí.

Caminamos durante unos diez minutos hasta llegar a la cafetería y veo que todas las mesas están ocupadas. Juliana no deja de correr de un lado a otro.

—Pero mira quien ha venido a verme — exclama cuando deja el último pedido en la mesa y viene hacia mí — , entra, cariño. Vamos, tu también, hermosa.

La seguimos hasta detrás de la barra, donde nos sienta y noto como todos nos observan. Mierda, siento que tengo una bomba en mi bolso y que todos lo saben.

—No les prestes atención — murmura Ela como si nada.

—¿Queréis algo? Hace mucho calor y os puedo ofrecer alguna bebida fría.

No podemos responder, ya que se ha dado la vuelta y agarra dos bebidas frías para dejarlas frente a nosotras.

—Gracias, Juliana. Hoy tienes un día ajetreado.

—Así es, a estos lobos les gusta mucho la comida y tengo la mejor.

Tiene razón. Solo he probado sus napolitanas, pero tengo que decir que son las mejores que he probado. La masa está en su punto y tiene un sabor exquisito, y ni hablar del chocolate cremoso. Me dijo que las hacia ella misma. Espero que me de algunos trucos para cuando yo las haga en casa, aunque sé que no me quedarán como las de ella.

—No lo dudo, ¿me puedes dar el pastel que pedí la otra vez? — le pregunta Malena haciéndole ojitos y Juliana sonríe.

Esperamos sentadas para no estorbar y poco a poco la cafetería se va quedando vacía. Solo queda una mesa con una pareja joven. Juliana aprovecha el descanso y se sienta con nosotras a tomarse su café.

—¿Cómo te encuentras, cariño?

—Muy bien, solo sentí cansancio los primeros días...

—Mamá — llega una mujer muy joven corriendo con los mismos rasgos que Juliana — Oh, hola chicas.

—Hola mi niña, te presento a Flora y Malena, Flora es la mate de Aiden y futura Luna — le explica Juliana y su hija asiente con una sonrisa —. Ella tiene un hermano que se llama Einar y tiene veintitrés años, es un muchachito muy guapo...

Sonrío al ver la expresión de su hija.

—Mamá — gimotea y me mira —. Bienvenidas, espero que mi manada os haya tratado bien.

Me ahorro decirle todo lo que pasé y como me recibió la tía de Aiden. Tampoco le digo los susurros y las miradas de los demás. Todo eso queda en el pasado, ya que no voy a molestarme en esas cosas.

Eres tú, mi LunaWhere stories live. Discover now