▂▂ꗃ ⿻ ⬪𖥦 𝐃𝐀𝐍𝐃𝐄𝐋𝐈𝐎𝐍𝐒
❝ Estoy en un campo de
dientes de león, deseando
en cada uno de ellos que seas mío. ❞
𝒊. Ixana_ 2023 Ⓒ︎
𝒊𝒊. ᴊᴜᴊᴜᴛsᴜ ᴋᴀɪsᴇɴ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ
𝒊𝒊𝒊. ᴍᴇɢᴜᴍɪ ғᴜsʜɪɢᴜʀᴏ x ᴍᴀʟᴇ ᴏᴄ
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Los golpes iban y venían en el cuerpo del pobre muchacho pelirrosa, Yuuji resistía lo más que podía a los ataques poderosos de el espíritu maldito y la maldición que controlaba el cuerpo de Kenzo. Ya había perdido sus dedos gracias a un ataque del espíritu y tenía la mandíbula dislocada por el golpe de la maldición, su rostro y partes de su cuerpo dolían, sangre bajaba de su nariz golpeada y los dedos de su mano derecha estaban a la mitad y quemados, además de eso cada que la maldición golpeaba su cuerpo se sentía con menos energía, así que evitaba sus ataques cuerpo a cuerpo.
─¡Vamos Yuu-chan! ¡Eres más débil de lo que pensé, me estoy aburriendo! ─bramó el de mechones amarillos balanceándose en su lugar con las manos en sus caderas, burlándose del contenedor de Sukuna.
─¡Cállate! ¡Trae a Ken-chan de vuelta! ─gritó casi en medio del llanto, el chico de orbes negros rió en bullicio.
El espíritu maldito al lado del castaño se divertía de igual forma, corrió en dirección al muchacho lanzando otro ataque que el chico logró amortiguar cruzando sus brazos en equis, sin embargo de nuevo fue lanzado contra una pared rompiendo la misma contra su espalda. Yuuji Itadori esta vez no se levantó y se quedó en el suelo con la vista en el mismo, pensando en las palabras del chico, ¿de verdad era tan débil?
─¿Uh? ¿Ya te cansaste, Yuu-chan? ─burló la maldición poniendo una mueca de tristeza fingida, el espíritu en cambio se quedó en su lugar detrás del de mechones amarillos, observando con atención los próximos movimientos de la maldición.
De repente el chico de cabello rosa se levantó de su lugar exclamando algunas palabras mientras lágrimas rodaban sus mejillas.
─¡Demonios, no quiero morir! ¡No quiero, no quiero! ─lamentó Yuuji llevando sus manos a su cara, el de mechones amarillos alzó una ceja confundido con esa acción─. ¡Vuelve Kenzo! Yo... yo... se supone que saldríamos juntos de aquí.
Unos segundos se mantuvo un silencio sepulcral hasta que las risas exageradamente fuertes de Kenzo hicieron eco en el lugar.
─No lo has entendido aún ¿verdad? ─habló alzando su mentón con soberbia y cruzando sus brazos en su pecho─. Kenzo, a diferencia de ti es consiente de todo lo que hace. Destruye, mata, tortura y nunca ha hecho algo para evitarlo. ¿De verdad creíste que mataríamos al espíritu? eres ingenuo, Yuuji Itadori. Kenzo Hirai nació para liberar este mundo de ratas sin energía maldita y hechiceros inútiles, está destinado a crear un mundo diferente.
Con cada palabra que aquella maldición soltaba, Itadori temblaba en su lugar lleno de rabia y coraje, sus dientes se apretaban a pesar del dolor de su mandíbula dislocada.
─¡Mientes! Él jamás sería capaz de algo así. Es la persona más dulce y amable que llegue a conocer... devuélveme a Kenzo ─exigió entre dientes, recibiendo un suspiro decepcionado de la maldición.
