Capítulo 08

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Lluvia. Constantes gotas de lluvia tocaban las calles, terrazas, ventanas, autos y los paraguas de las personas de la calle, también a las mismas personas, ella intuía que no iba a durar tanto la lluvia ese día, porque se veía que el cielo nublado se está despejando, así que en algún momento terminaría la llovizna. Aunque para ella, siempre sería el mejor día cuando se trata de que lloviera, amaría ver la lluvia cayendo en el mar y la forma en que las olas chocaban entre si, adora estar en la playa, es un lugar tan pacífico.

Además de que haya un poco de ventisca y relámpagos fuertes, ella ya logró entender que no tiene por qué tener miedo, que la oscuridad es tu amiga en momentos y la luz puede salvarte muchas veces; Rue está sentada en una silla en la recepción, una taza en manos y un tostado al costado, son las 11.45 de la mañana, abrieron hace rato y los doctores están listos atendiendo pacientes que ya llegaron a su cita. Mira la vista que hay en las calles por la ventana del local, empezando aburrirse, ya terminó todas las tareas.

—Dicen que habrán tormentas grandes —escuchó la voz de la enfermera, Natsumi, llegando para sentarse a su costado leyendo unos papeles y organizando estos, usando la computadora también de la recepción.

—¿Ah si? —preguntó. Escuchando el sonido de afirmación de Natsumi— no vi la tele hoy, así que no sabía, pero creo que no habrán tormentas —lleva la taza de café a sus labios— es un bonito día ¿No crees? Tanto que es difícil no sentir tanta tristeza por estos animalitos —suspira— ¿Aún puedo llevarme uno?

—Sí, por supuesto —comenzó a llenar unos papeles— tienes que hacer lo mismo que las personas que adoptan animalitos, elige a quien quieras y llévatelo, yo me llevé a tres gatitos, después me llevé un perro.

—¿Cómo se llamaba? ¿Lion? —pregunta.

La enfermera asiente con la cabeza, una está ocupada con los papeleos de la veterinaria mientras que la otra está desayunando, después de todo, Rue no tiene otras cosas que hacer a menos que le dijeran lo que debe hacer, o ayudar a los animalitos que están enfermos.

—En unos días será el día del héroe, mí hijo está emocionado por ir y su padre está peor que él —le comentó la enfermera con una sonrisa en el rostro— parece que no hace mucho éramos adolescentes, sigue siendo el mismo desde que lo conocí, por eso lo amo.

Rue sonríe al escucharla y baja la vista recordando esas veces que Izuku y ella se desaparecían muchos días, iban a comer, a cenar, hacían cosas juntos, llevaban a pasear a Inko y los tres se divertían felices, pero la manera que Rue cada vez que veía a Izuku, la palabra "hogar" venía con él, el hogar, su hogar era él.

—Ni que lo digas —dice entre risas Rue— mis amigos están en las mismas desde hace una semana, perdí una apuesta y ahora tenemos que ir vestidos de nuestro héroes favoritos cada uno, me da tanta pena porque el mío... Bueno... —se sonroja y desvía la mirada.

"El mío es mí ex" pensó.

—¿El tuyo es qué?

—Nada, tema mio.

Rue termina de tomar el café y comer la tostada, empezó a escuchar los ladridos de los perros. Rue tiene tanto sueño, esperaba dormir un rato en la sala de empleados en esa cama que parecía tan cómoda.

—¡Rue! —mira a sus amigos entrando al local, secándose las zapatillas con el trapo en el suelo y acercándose a saludar a la albina— tenemos los trajes, conseguimos el tuyo también, ya leí el pronóstico más de seis veces y dice que va a estar soleado, estamos bien hasta ese día —comentó Samura muy emocionado. Sonríe acariciando su cabello, asiente.

—Está bien, imagino que me consiguieron el traje de Uravity que les pedí —Samura al escucharla deja de sonreír, volviéndose a Kotaro que estaba confundido— ¿Chicos? ¿Lo hicieron o no? —pregunta temerosa.

Corazón Vacío 𖤓 Izuku Midoriya Where stories live. Discover now