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"...Siento que después de ti

Yo soy otra persona

Ya no me conozco

¿Qué pasó conmigo?..."



En los últimos días San no paraba de caminar de una punta hacia la otra de la isla, esta era bastante pequeña, pero tenía un poco de cada tipo de terreno.

Su forma real era casi ovalada, quedando el faro en uno de los extremos más cerca de las rutas marítimas habituales, mirando directamente hacia el norte.

En el centro de esta había una pequeña laguna y un rio que la atravesaba completa.

A medida que te dirigías hacia el sur el terreno iba en ascenso, con unas montañas que adornan los laterales de la playa y unos bonitos acantilados donde rompían las olas con fiereza.

Tenían mucho bosque dentro, cocoteros, frutas y mucho espacio de tierra libre para poder sembrar.

De camino hacia el faro, se encontraba la pequeña casa que habían construido, apenas contaba con lo que sería la estructura en sí, más un pozo de agua de vertiente, un gran almacén donde se guardaban las comidas y las herramientas así como los materiales necesarios para el funcionamiento del faro. 

Cuando el barco llegaba, era tedioso arrastrar en carretillas cuesta arriba todo el cargamento, eso les tomaba unas cuantas horas dejando a todos los hombres agotados y doloridos.

—¡Ya está!— gritó triunfal arrojando el lápiz y la libreta a un costado, cansado de pensar una y otra vez lo mismo.

Estaba sentado bajo la linterna del faro, sintiendo la brisa fresca del atardecer, mientras Mingi en silencio, limpiaba los cristales de las lentes de la lámpara.

—¡Cuanta emoción!— río el contrario 

—¿que descubriste ahora?— preguntó sentándose en el suelo a su lado con una enorme sonrisa mientras se echaba el trapo al hombro.

San empezó a hablar atropellado como siempre, comiéndose las palabras y sin lograr que el otro alfa comprendiera en absoluto lo que él explicaba con tanto ímpetu.

—espera…espera… respira y empieza de nuevo— le hizo burla tomando grandes bocanadas de aire para que el otro imitara su gesto riendo a carcajadas.

San le dio un leve golpe en su costado, que no fue muy fuerte porque no pudo tomar mucho impulso, ya que por alguna extraña razón estaba extremadamente pegado junto a él.

Su plan era sencillo, pero se veía realmente productivo.

Una vez más su inteligencia hacía acto de presencia para encandilar como la primera vez.

Aprovecharian el aumento del comercio, utilizando a su favor el miedo que tenía la gente de otra guerra, pidiendo que el barco semestral pasará cada tres meses, eso les daba ventajas en muchos aspectos, desde comida más fresca hasta facilitarles la ida al continente.

Le propuso crear un puerto decente en la playa trasera de la isla, que estaba más elevada y era profunda, así el navío podía acercarse más sin correr riesgos y descargarlo seria mas seguro y menos cansado para todos.

Construirian un nuevo almacén al que sería fácil acceder porque quedaría en bajada igual que el faro, por lo que llevar la carga sería más ligero. 

En el sitio del actual almacén harían un establo y podrían criar sus propios animales.

Solicitarian en el encargo que le trajesen un par de vacas, un toro, además de un par de caballos, gallinas, y ovejas.

Bitácora MinSan Where stories live. Discover now