「𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐲𝐞𝐫」

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El primer amor te puede romper, pero también te puede salvar.

-Katie Khan.

¿Sabes, Sasuke?

Incluso, después de que el tiempo que he vivido en Nagoya ha sido mucho más que los años que pasamos en Miyama, sigo sin poder olvidar el calor abrasador que desprendía el sol cada que corríamos juntos con la esperanza de llegar al salón de clases.

Ni toda la modernidad de esta ciudad tan grande ha podido hacer que me olvide de mis memorias resguardadas en cada espacio de esa habitación.

De hecho —y con un poco de melancolía—, espero que la soledad que transmitían tus ojos en aquellos días haya podido ser reemplazada por las aspiraciones y deseos que anhelabas cumplir con todo tu corazón.

Aun si eso haya significado borrarme para siempre de tu mente.

Aun si eso haya significado borrarme para siempre de tu mente

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Miyama I Fukuoka Japón

Diez años antes

—¡Sasuke! ¡Apúrate! ¡Sakura está esperándote afuera! —La voz de su madre resonó cerca de su habitación. La silueta de Mikoto no se movió de su lugar sin antes dar unos últimos golpes a la puerta frente a ella.

—¡Ya voy! —respondió el chico. Aquello pareció ser suficiente para que su madre volviera a la cocina a terminar de preparar el desayuno.

—¿Segura que ya desayunaste? —le preguntó con dulzura. La niña asintió, sin perder el entusiasmo en su mirada, misma que la acompañaba día con día en el que se mantenía esperando la silueta de su mejor amigo atravesar las cortinas.

—Mamá me preparó unos sándwiches, señora Mikoto. Gracias. —Agradeció el gesto. —También me preparó uno extra para compartir con Sasuke-kun —le informó, mostrándole con ello la evidencia dentro de su bento.

—Ya veo... —dijo en forma pensativa, solo como una madre cariñosa entendería. —En ese caso, le pondré a Sasuke dos porciones más de curry para que ambos compartan, —reveló su idea con una sonrisa—. ¿Te parece bien? Así podrán degustar su almuerzo juntos.

—¡Vale, sí! Eso me encantaría —habló con emoción. En ese mismo instante y de manera precipitada, su atención se fijó hacia otra dirección— ¡Ah! ¡Hola, Sasuke-kun! —Saludó apenas vio al chico entrar junto a ellas. Las mejillas de Sakura se tornaron de un rojo carmesí al verlo sin nada encima, salvo unos simples pantalones.

Recuerdos del ayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora