3- Momentos

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Cuando Zhan me pidió que viviéramos juntos fue el momento más maravilloso que pude tener. Nuestra relación iba cada vez mejor.

El día de mi cumpleaños mis padres estaban en viajes de negocios, así que lo invite a celebrar conmigo en casa para que fuese algo mucho más cómodo e íntimo.

Zhan estaba nervioso esa noche, más que en cualquiera de nuestras citas anteriores.

—¿Y si tus padres llegan? Creerán que me aprovecho de su pequeño hijo— Zhan intento hacerlo una broma pero estaba demasiado nervioso y se notaba en su expresión-.

—Mi amor, ya te dije que no debes preocuparte por eso— intenté tranquilizarlo y lo bese con cariño —Mis padres suelen estar fuera siempre, así que no me preocupa-.

—Pero, pero ¿y si le dicen algo?— Zhan estaba temblando y sus manos se sentían heladas-.

Las envolví con mis manos para ayudarlo a calmarse. Las bese con mucho amor mirándolo a los ojos.

—Mi amor, mi conejito. No pasará nada. Vamos. No hay nadie en casa, ni cerca de aquí que pueda afectarnos— le aseguré con una sonrisa-.

Zhan se tranquilizó un poco y comenzó a disfrutar el recorrido por la casa.

—Es una casa muy grande— decía mientras atravesamos el patio-.

El patio era realmente grande, a mis padres les gustaban las flores así que había mucho espacio para ellas.
La casa, parecía más espacio del que en realidad necesitábamos.
La entrada tenía un corredor amplio, con algunas mesitas y cuadros decorativos. A cada lado había una entrada, al fondo las escaleras para subir al piso de arriba.

—A la izquierda están la cocina y el comedor, a la derecha la sala y la oficina de mi padre. Arriba están las habitaciones. ¿A dónde quieres pasar primero?— le pregunté lanzándole una mirada provocativa-.

—Yibo, controlate un poco— me dio un golpe en el hombro sonrojado —Vamos primero a la cocina. Voy a prepararte algo rico de comer— me indicó contento-.

Sus nervios se habían disipado y me sentí muy feliz de verlo así.
En cuanto entramos a la cocina se mezclo bien con el lugar. Comenzó a cocinar de inmediato, sin dejarme que le ayudará.

—Dime que hacer y lo haré sin problema— insistí sintiéndome culpable de dejarlo trabajar en su primera visita-.

—Sientate, es tu cumpleaños yo lo haré todo— Zhan insistió y me hizo sentarme junto a la barra-.

Permanecí observando su figura, sus manos ágiles, sus rasgos finos, su concentración.
Tomé mi celular y comencé a tomarle algunas fotografías. Él se daba cuenta de ello, pero no decía nada. Seguía concentrado cocinando.

—Yibo— me llamo con tranquilidad sin levantar la cabeza y haciendo que saliera de mi ensoñación-.

—¿Qué ocurre?— pregunté distraído-.

—Prometeme que nunca dejarás de verme así— dijo mirándome con un amor profundo-.

Ni siquiera podía bromear al respecto, su petición era totalmente honesta.

—Lo prometo— respondí con sinceridad viéndolo con determinación —Jamás dejaré de amarte, siempre tendré los mismos ojos para ti—

Cenamos disfrutando de la charla, podíamos hablar de lo que sea, el cielo, películas, musica, libros, personas a las que admiramos.
Si en algún momento faltaba tema de conversación muestras miradas hacían el resto. Ningún silencio se sintió vacío, y creo que eso ya dice bastante.

Sin volver a mirarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora