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Nunca se me ocurrió que la gente pensara de cierta manera sobre Hyunjin. Por ejemplo, si no lo conocían y él hacía algo que consideraran extraño o grosero, podías ser capaz de ver la amargura en sus rostros y casi podía oírlos pensar que era un idiota por no iniciar la conversación o mirarlos cuando hablaban. O si fácilmente se distraía con algo que atrapó su interés, los demás parecían creer que los ignoraba.

Sin embargo, tan pronto se daban cuenta que su cerebro funcionaba de forma diferente, sin más lo aceptaban y después era algo como—: Oh, Hyunjin es un joven maravilloso. Simplemente es un poco diferente. No hace contacto visual y abraza demasiado fuerte.

A Hyunjin no le importan esas cosas. Le interesa el arte y hacer amigos. Trabaja en un espacio dentro de su mente que le permite hacer lo que quiere, sin sentir que está equivocado al respecto. No hay reglas en lo que su pasión respecta. Y le envidio.

Deseaba, más que nada, tomar sus pinturas y permanecer en su cuarto de arte vistiendo sólo en mi ropa interior y lanzar cubos de colores en un lienzo sólo para ver qué tipo de caos saldría de éste y mezclarlos para crear nuevos matices de colores que, posiblemente, ni siquiera se han inventado todavía.

Pero no lo hice.

Porque no soy así.

Cenaba semanalmente en su casa y pasaba tiempo con su familia. Siempre lo recogía de sus clases interpersonales. En verdad nunca me importó que no me llamara cada noche ni que no saliéramos a citas reales. Lo que a Hyunjin le faltaba, yo trataba de compensarlo. Lo más probable es que nunca le interesarían las cosas que me a mí me gustaban, pero si yo podía estar en su propio terreno, entonces tendríamos una oportunidad. Me encontraba seguro de ello.

Establecí límites en cuanto a aprender sobre arquitectura, por el simple hecho que es aburrido. Aunque no puedes decir que no lo intenté.

Podíamos pasar el rato unos minutos después de la escuela con gente en grupitos con las que él se sentía cómodo. Pero parecía estar realmente más a gusto cuando sólo estábamos nosotros dos, y no puedo decir que me molestara tener tiempo a solas con él.

En lo que había fracasado en notar durante todo lo previo era que, pese a que me esmeraba para ver las cosas a través de sus ojos... para comprenderlo cada día más y más con el fin de hacer que nuestra relación funcione... aprender acerca de las cosas, no era suficiente.

Hay una gran diferencia en leer sobre el tema y experimentarlo.

* * *

La noche del baile de Bienvenida, Hyunjin tenía una exhibición de arte en el centro. Me veía bastante bonito. Me compré zapatos nuevos, arreglé mi cabello, e incluso llevaba un poquito más de maquillaje de lo habitual. Hice todo eso porque iba a ser visto con Hyunjin en público, en uno de sus espectáculos y quería presentarme de la mejor manera que sabía.

Se veía increíble, como siempre, en un traje casual y no pude apartar mis ojos de él en todo el camino al centro. Tampoco pude ocultar el inmenso orgullo y la felicidad que sentí cuando subió al escenario, luciendo tímido y sonrojado, para agradecerle al público con un par de frases cortas, sus ojos enfocados en la señal de salida al otro extremo de la habitación.

La gente le aplaudió y aduló por todo su trabajo, y honestamente no había pensado en el hecho de que eligió mi retrato y lo exhibió, también. Las personas que pasaban por allí observaban el cuadro y luego su atención recaía en mí, y me miraban extrañados. Me preocupó mucho pensar que la gente estuviera juzgando nuestra relación, pensando que estaba con él por cualquier otra razón que no fuera estar enamorado de él. Como si yo, como diría mi madre, estuviera enganchando mi carro a su estrella.

Me hizo sentir incómodo y, después de un rato, me trasladé al fondo de la habitación y esperé en una mesa, observando a la multitud.

Pero esa sensación deinseguridad no fue nada en comparación con el pozo que se formó en mi estómagoc uando mi mirada vagó por la sala buscando a Hyunjin y lo encontré en la esquina más lejana al lado del escenario... hablando en privado con una guapísima chica, que me recordó a una joven Nicole Kidman. Era alta y delgada con mechones iluminados y rizados, casi rojos.

Los celos me atravesaron más rápido de lo que creí que fuera posible. Me puse de pie, cruzando la habitación con mi mirada fija en él. Pero cuando llegué a su lado, no pareció darse cuenta que me encontraba allí. Tampoco la chica.

No fue hasta que la señora Hwang se apresuró hacia nosotros que detuvo su conversación y me presentó a Haneul, una chica con la que Hyunjin charlaba por Internet en el foro de Asperger, como le instruyó hacerlo el profesor de sus clases interpersonales.

Mi corazón se sintió una vez más frágil e inútil en mi pecho, ya que en ese momento entendí plenamente que todas mis buenas intenciones no valían nada si sólo intentaba aprender las cosas que a Hyunjin le gustaban y no. 

La realidad exacta era que no era lo mismo que ser como Haneul.

Ella lo entendía. Probablemente comprendía la forma de pensar de Hyunjin.

Ella totalmente entendía cómo él se sentía.

Porque era igual que él.

Y por primera vez, también deseé serlo. 

Love Untold || Hyunlix✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora