"Yo te cuidaré" ( Alex x Vitaly Drama/Adopción)

Parte 50: Regreso

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Las hojas marchitas caídas en el suelo marcaban el paso del otoño en la reserva, crugiendo y sonando al paso entusiasmado de los animales cirqueros, quienes con mayor energía que nunca en muchos años ayudaban a descargar las camionetas en que sus pertenencias habían sido transportadas hasta las vías. El tren, su amado y pintoresco tren, estaba armado de vuelta y ya sobre los rieles, cada vagón enganchado y con una nueva capa de pintura recientemente colocada hace solo un par de días realzando sus diseños, listo para su glorioso retorno...

Tan solo faltaba un día para el regreso del circo al espectáculo, y su primer parada para una enorme gira por China, sería Pekín, su primer ciudad en tantos años. Les esperaba un largo viaje a todos, pero era una de las cosas que más extrañaban los animales, además de sus shows claro está.

Más tarde y reunidos en la carpa comedor, (la última que quedaba en pié dentro del enorme claro que hubiera sido su hogar esos últimos años) una pequeña celebración tomaba lugar antes de irse. Sin alcohol, ya que no era necesario el licor para mantener la alegría.

Los animales bailaban y festejaban con toda su alma, cantando y bailando canciones circenses, abrazandose entre ellos, brindando con jugo de uvas 'hecho en casa', deseando un futuro próspero para su gran circo.

Aunque no todo era color de rosas, ya que en la misma carpa...

"¡Rocío y Rosalinda bajen de ahí ahora mismo! ¡Van a romper algo niñas!" Gritó un ya algo exasperado y cansado Marty al ver que sus dos jóvenes potrillas saltaban en una ronda sobre un gran grupo de cajas de provisiones. No era la primera vez que tenía que pedirles lo mismo, pero ellas no estaban dispuestas a dejar de lado su diversión, imitando lo que habían visto ensayar a su madre el día anterior sobre los trampolines.

Riendo a carcajadas las pequeñas dieron un par de vueltas más sin hacer caso a su padre, claro hasta que Esperanza se acercó y carraspeando la garganta con una sola mirada logró que ambas yegüitas bajaran las orejas y descendieran, trotando con un gesto culpable a su lado.

"Perdón mami..." Pronunciaron a coro.

Desde su mesa; Melman y Gloria, Vitaly y Alex, Gia y Renjy, además de Narendra y Annia reían disimuladamente cuando Marty volvió a corretear al par de tornados que eran sus hijas una vez recibieron la reprimenda de su madre y volvieron a encender sus motores. Sin dudas, un par de copias perfectas de él mismo siendo un potro en el zoológico.

Pronto, Marty se dió por vencido, y en vez de seguir intentando detenerlas solo negó y se unió al juego, por supuesto causando una gran alegría en sus hijas, que parecían haber conseguido lo que querían.

Las pequeñas, ahora solo con dos semanas de nacidas, habían llegado al mundo con un hermoso pelaje completamente blanco y pulcro, excepto en sus patitas y en el cuello, éstos adornados por unas cuantas rayas que incluso asemejaban un elegante collar y pulseras naturales. Las crines de las dos también presentaban rayitas, por ahora solo en el nacimiento de su corta cabellera, pero con los años seguramente se irían marcando más, demostrando así con orgullo su herencia de cebra. Compartiendo éstos rasgos, ambas potrillas eran prácticamente idénticas, con una única manera de diferenciarlas que no, extrañamente, no se trataba de las rayas de sus cuerpos, la forma más común en la naturaleza de diferenciar una cebra de la otra, ya que incluso sus escasas rayas eran exactamente iguales.

Su diferencia partía en que Rosalinda había nacido con un rasgo muy especial y único, así como hermoso, que era la heterocromía, ojos de indistinto color. Uno, el izquierdo, era de color verde claro que parecía tener destellos en color dorado, y el otro, el derecho, de un precioso azul aguamarina igual al de su padre y su hermana.