La práctica de duelo

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Otro día en la Academia, las clases de duelo finalmente iniciarán la próxima semana, el viernes comienzan a llamar a los grupos al aula para explicarles el funcionamiento del salón y la clase.

Los gemelos están emocionados mientras se acercan al salón, pero curiosamente, ven entrar también a alumnos de otros grupos; mientras analizan el muy amplio salón, similar a una arena, con varias palabras y diagramas dibujados en el techo y las paredes, un par de manos se colocan en un hombro de cada uno.

—¡Ah, Eveldrith! —gritan ambos al ver a su compañero de cuarto caminando detrás de ellos.

—Hola chicos —saluda su amigo con una sonrisa—, ¿emocionados por las clases de duelo?

—¡Natürlich!* —exclaman ambos con emoción.

—Solo por preguntar —comenta Dorian—, ¿tú qué haces aquí?

—No sé, creo que separaron a los grupos para usar las tres aulas de duelo al mismo tiempo —explica Eveldrith encogiéndose de hombros.

—No es el único que está donde no le corresponde —anuncia otra voz tras ellos haciendo que los tres exhalen un grito antes de voltear y ver al pequeño espíritu de hielo tras ellos.

—¡Aquiles! —claman los tres regulando su respiración.

—Hola chicos —saluda el pequeño.

—¿Tú de qué grupo eres? —cuestiona Dorian.

—Seis.

—Entonces nos reunieron aquí a los grupos uno, tres y seis —analiza Alex—, los primeros de cada clasificación.

—Curioso, ¿no creen? —comenta Eveldrith, los otros tres asienten pero se encogen de hombros.

Entonces se oye un carraspeo y todos se acercan al escenario de la arena a la altura de dónde está la valla que marcaría el inicio de las gradas, si hubiera gradas. En el centro de la arena había dos mujeres y un hombre.

—¿Quiénes son los otros dos? —pregunta Dorian en un susurro al resto—. Los que están a los lados de la mujer de lentes.

—¿Conocen a la mujer de lentes? —cuestiona Eveldrith.

—Es nuestra tutora —aclara Alex—. La profesora Siqy Carrier.

—Ah, claro —exhala Eveldrith.

—La otra mujer es mi tutora —menciona Aquiles—. Bianca Jacobs.

—Y el hombre es el profesor Ignius Putnam, mi tutor —informa Eveldrith.

Los gemelos hacen una breve mueca de sorpresa antes de mirar de nuevo a los profesores. Su tutora, la profesora Siqy, viste su acostumbrada túnica negra y sombrero puntiagudo con sus pequeños lentes cafés que cubren sus cálidos y afables ojos ambarinos; ella es la mayor de los tres maestros sobre la arena.

De su lado izquierdo, Ignius Putnam era un hombre que aparentaba estar entre mediados de los treinta y principios de los cuarenta, tenía la piel pálida y el cabello de un vibrante tono cobrizo que evocaba al fuego, muy similar al de Eveldrith. Sus ojos eran pequeños y analíticos de un curioso tono verdoso oscuro y vestía con un poco más de elegancia; camisa blanca, chaleco de vestir dorado, corbata roja y pantalones de vestir negros a juego con la capa con mangas y capucha que estaba obligado a vestir como parte del personal de la Academia.

Finalmente, la profesora Bianca, no cabía la menor duda de que la mujer era la más joven de ellos tres, no parecía pasar de los treinta y relucía con su piel blanquecina, largo cabello blanco, ojos grises y apariencia etérea casi fantasmal. Ella también usaba una capa negra con mangas y capucha, pero la vestimenta bajo esta la hacía parecer la reina de las nieves: un vestido azul hielo con detalles de encaje blanco.

Valerius: Leyendas y Dones de BrujoWhere stories live. Discover now