Capitulo tres

64 6 6
                                    

Espero esté capítulo reciba la misma cantidad de apoyo que los de más. Cualquier falla que noten o sugerencia para mejorar es bien recibida. Y si algún tema tocado durante la historia o el capítulo no es de su agrado, Paso a recordarles que es meramente ficción.

Y la despedida finalmente había llegado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Y la despedida finalmente había llegado.
No solo la familia Tachibana había llegado al aeropuerto para despedir a Chifuyu, Sino también Baji y Peke j su tan querido minino que había adoptado cuando tenía apenas trece años.

—Baji, Voy a extrañarte demasiado.—Unas lágrimas traicioneras cayeron por sus mejillas. La ansiedad, la carcomía y su rito cardiaco era acelerado.

No quería volver a ese maldito lugar donde su madre le había hecho daño tanto con sus palabras como con acciones demasiado agresivas que solía tener la mujer.

No quería separarse de toda la gente que tenía para ella.

—Baji... Cuando vuelva prométeme que iremos juntos a ver el atardecer.

Le dijo.

Baji le dio un último apretón a Chifuyu, Pegándola un poco más a él, Quería llenarse de su olor, Quería que se quedara con él y no se fuera nunca de su lado, Quería... Quería muchas cosas en ese momento.

— Te lo prometo.

Chifuyu le dio un último abrazo a todos antes de perderse entre la multitud que esperaba pacientemente a hacer su documentación.

Chifuyu se colocó su abrigo antes de bajar del avión, cubrió lo más que pudo su cuerpo y peinó su cabello en un lindo moño.

—Inhala y exhala, Inhala y exhala. —Se repetía una y otra vez en su cabeza.

Cuando las puertas del aeropuerto se abrieron, La figura de una mujer rubia y con un maquillaje un tanto extravagante fue lo primero que llamó la atención de la joven.

Desvió la mirada hacia otro lado, No quería verla a los ojos.

—Chifuyu, Cariño.

La mujer atrapó a la rubia entre sus brazos.

—Te extrañé.

Chifuyu asintió y apartó a la mujer.

Carol tomó la mano de su hija dándole un pequeño apretón.

—Sabes que puedes confiar en mí.

Una mentira. Una mentira piadosa.

—Vamos a casa ¿Sí? —Dijo, intentando ocultar cualquier indicio de que las lágrimas empezarían a caer de sus ojos.

El camino hacia la casa de Carol fue largo, tomando en cuenta que la mujer vivía casi a las afueras del lugar.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 15 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Anillos de papel Where stories live. Discover now