Capítulo VII: Nightmare

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"En esta árida inmensidad de acero y piedra alzo mi voz para que me oigáis. Señaló al este y al oeste. Muestro al norte y al sur un signo que proclama ¡Muerte a los débiles, vida a los fuertes!".

La chica se vio atrapada en un viejo calabozo laberintico, el suelo era solo tierra y las gruesas pareces estaban tan cubiertas de óxido que apenas podías ver el metal debajo de ellas, ella no entendía porque la habían encerrado ahí, pero entendía que no importaba cuanto corriera o gritara, nunca podría escapar, pues a ellos les encantaba verla sufrir.

La chica caminaba aterrada abrazándose a sí misma tratando de que la vieja tela café que usaba como capa no callera al suelo dejando su cuerpo desnudo al descubierto.

-Ah... ah... -Respiraba pesadamente viendo de un lado a otro tratando de no entrar en pánico -Por favor...por favor... -Sollozaba -Solo quiero estar en paz... solo deja que todo vuelva a la normalidad -Rogaba hacia aquello que se encontraba buscándola -Solo quiero que todo vuelva a la normalidad.

Ella había cruzado tantas veces esos pasillos recibiendo el mismo resultado, que ya no tenía esperanzas de salir, había luchado y huido tantas veces que ahora solo le quedaba suplicar esperando que eso lo detenga.

-Deja que me valla -Dijo al sentir como esta cosa se estaba acercando.

Un crujido comenzó a escucharse tras una puerta, así que la chica apresuro el paso, solo para que un par de puertas más tarde volviese a escucharse el mismo sonido, miro hacia su izquierda rápidamente alcanzando a ver como un tentáculo extraño volvía a la oscuridad escapando de su vista.

-Por... por favor ya déjame -Dijo levantando la voz antes de empezar a correr -Por favor déjame... ya no quiero verte nunca más -Sollozó para repentinamente caer al suelo, arrastrándose hasta tomar la manija de una puerta, abriéndola y entrando a una pequeña habitación aparentemente segura.

» Solo... espero que no me siga hasta aquí... no tiene forma de entrar... no debería poder seguirme -Siguió sollozando sentada en el suelo espaldas a la puerta -Estoy a salvo por ahora -Dijo para justo después dar un pequeño salto al sentir como esa criatura golpeaba fuertemente la puerta desde afuera.

Volvió a arrastrarse hasta quedar en el centro de la habitación mirando atentamente a la puerta, viendo como esta era golpeada un par de veces más violentamente, hasta que tras unos segundos se cansó de hacerlo, dejando que la chica respirara aliviada.

Por encima de ella se encontraba un pequeño bombillo que a duras penas iluminaba el lugar donde estaba parada, dejando las esquinas del cuarto en completa oscuridad la chica respiraba agitada mientras exhalaba vapor por el frio, temblando tratando de acomodar la manta que la cubría, cuando sintió como el ambiente se volvía cálido y húmedo, levantando se del suelo al ver como los tentáculos del monstruo se filtraban a través de la oscuridad, reptando lentamente hasta rodearla.

La chica trato de gritar, pero no pudo, se limitó a quedarse callada mientras los tentáculos se acercaban, sintiendo como escalaban lentamente por sus piernas, los tentáculos subieron lentamente, metiéndose entre sus muslos apretándolos, subiendo hasta enredarse en su cintura.

La chica solo sollozaba mientras sus mejillas se llenaban de lágrimas, sintiendo como parecía que más y más tentáculos salían de las paredes sin aparente fin, cambiando el frio de la habitación por un ambiente húmedo y cálido, sintiéndose atrapada en medio de un horno.

Todo continuo hasta que no podía ver los límites de esa cosa, sintiéndose encerrada dentro de la criatura, con el rostro lleno de lagrimas y el cuerpo empapado en su desagradable sudor, ella cerro los ojos esperando a que todo termine, un último tentáculo comenzó a apretar su boca y mejillas impidiéndole gritar, pero ella ni siquiera tenía el valor para hacerlo.

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