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Nota: El link de la playlist está hasta el final de la historia.

Sergio Pérez tenía dieciocho años cuando conoció a Max.

Era un chico callado, de ojos azules y brillantes. Su piel era blanca y la única imperfección que veía era una pequeña cicatriz sobre uno de sus pómulos. Era precioso. Sergio sintió que era amor a primera vista.

-Este no era el trato.- El Alfa de cabellos rubios exigió, con la mirada severa sobre su propio progenitor.

-El trato era que comprometería a uno de mis hijos con tu primogénito. Nunca especifiqué cuál de mis hijos sería.- Le aseguró su padre y Sergio supo que el padre de Max se comportó sereno tras aquello sólo para mantener las apariencias.

Estaban en un restaurante bonito, de esos que su familia solía frecuentar cuando se trataba de asuntos importantes. En esta ocasión, el "asunto importante" era oficializar su compromiso con Max Verstappen.

El chico lo miró con cejas fruncidas y Sergio se sintió intimidar por un chico dos años menor que él. Al parecer, nadie en la familia Verstappen estaba conforme por cómo se habían dado las cosas. Habían pedido el sol, y en su lugar, le estaban entregando un planeta sin nombre.

-Sergio es un Omega igual de capaz que Kelly.- Su madre aseguró, con sus finas cejas fruncidas en disgusto. -Es una ofensa que lo rechacen de esa forma.- Ella les dijo, en un tono calmado. Un silencio incómodo reinó en la mesa.

-No estamos diciendo que Sergio no sea capaz, querida.- La madre de Max murmuró, su mirada evaluadora se posó sobre él y Sergio agachó la cabeza, jugando con sus dedos debajo de la mesa.- Pero como madre entenderás, que siempre queremos lo mejor para nuestros hijos.- Ella dijo con tranquilidad, su tono gélido y cortante cuando añadió. -Y Kelly es lo mejor para Max.-

A Sergio le gustaría haber refutado lo contrario, más sería hipócrita de su parte sabiendo que la mujer tenía toda la razón. Kelly siempre había sido la hija prodigia: inteligente,
encantadora, preciosa. Una Omega en toda regla. Y Sergio había nacido unos años después para ser su sombra.

Y, teniendo en cuenta de que se trataba del primogénito de la familia Verstappen, suponía que lo más sensato sería comprometerlo con alguien que estuviera más a la altura. Sergio sabía que no calificaba para el papel y que si, Max tuviera la oportunidad de elegir a su prometido él nunca sería la primera opción.

Sergio nunca se engañó. Supo desde que el Alfa se vio forzado a aceptar su compromiso hasta sus actuales cuatro años de matrimonio que él nunca había sido suficiente para Max Verstappen. Lo supo cuando en aquella cena el chico le pidió a sus padres que cancelaran el compromiso, lo supo el día de su boda cuando se tardó unos minutos en dar el "Sí", como si se debatiera si su felicidad era más importante que la de su familia.

Lo supo entonces y lo sabe ahora, en medio de un matrimonio en el cual es él único que se esfuerza, un matrimonio de cuatro años en el que Max pasa cada uno de sus celos fuera de casa y el sexo es limitado a los celos de Sergio o a alguna ocasión esporádica en la que el Alfa llega borracho y caliente a la casa y él parece la mejor opción.

Sergio sabía que no era suficiente puesto que en cuatro años el Alfa no se ha interesado en darle una marca, pensar en un cachorro sería soñar demasiado alto y quizás Sergio Michel Pérez es masoquista, porque a pesar de vivir como un par de extraños, comenzó a desarrollar sentimientos por Max, sentimientos que le aprietan el pecho y comprimen su corazón pero que le impiden alejarse del Alfa.

-Entonces le dije que tenía que hacer tiempo sí o sí para llevar a Arthur a la playa.- Un exasperado Charles le contó y Sergio dejó ir una risita, escapando de su mar de pensamientos. Dejó un par de galletas en la mesa de la cocina, sentándose junto al otro Omega. -Me dijo que lo pensaría pero eso es un "Haré lo que me dices, pero para no dañar mi orgullo Alfa, fingiré que lo pienso y que la decisión depende de mí."- Sergio sonrió, acariciando la mejilla del bebé en brazos de su amigo.

-Carlos te malcría demasiado.- Sergio murmura, sonriendo al ver a Charles lucir ofendido por sus palabras. -No me mires así, sabes que es cierto. Puedes pedirle la luna y él te la daría sin pensarlo dos veces.-

-Bueno, soy su Omega y el padre de su cachorro. Se supone que consentirme es su deber.- Le dijo con obviedad, luciendo confiado y Sergio apretó los labios no sabiendo exactamente cómo se siente que te consientan. -Tienes que venir con nosotros.- Le pide con ojitos brillosos. -Y si quieres, puedes invitar a Max.-

El Omega de ojos castaños perdió la sonrisa.

-Intentaré ir, pero ya sabes como es él. Él no... es mucho de salir conmigo.- Sergio murmuró con una sonrisita y Charles arrugó las cejas. Odiaba las sonrisas falsas de Sergio Pérez. -Además, lo mejor sería que fueran solo ustedes. En familia.-

-Tú también eres mi familia.- Le dijo, en un tono de voz alto que hizo lloriquear a su bebé Charles hizo pucheros, meciendo suavemente al cachorro y suspiró tranquilo cuando lo vio calmarse. No era muy buena idea hacer enojar una mini versión de Carlos a la que no podía calmar con un par de ojitos tristes. -Si Max quiere seguir comportándose como un imbécil y no va, pues que se quede en Mónaco solo, como el amargado que es.- Sergio miró el anillo en su dedo.

-No me gusta dejarlo solo.- Murmuró y Charles rodó los ojos, acercándose a tomar una galleta. -Es muy descuidado consigo mismo y siempre se salta las comidas y se duerme con el cabello húmedo y...-

-Agh, eres tan estúpidamente bueno que me das repelús.- Charles le dijo, con una ceja alzada. -Max es grande, puede cuidar de sí mismo. Y, si a él no le pesa la conciencia cuando se va durante semanas a sus viajes de negocios y te deja solo, a ti tampoco debería importarte hacerlo.- Le echa en cara y se siente mal cuando ve los ojos de Sergio brillar por la tristeza, pero es que quiere que su amigo abra los ojos, que se percate que sin importar lo mucho que quiera a Max Verstappen, no vale la pena si es infeliz a su lado. -Le diré a Carlos que irás con nosotros y no se diga más.- Sergio le miró serio.

-Eres muy testarudo y cabeza dura, Charles. Espero que Arthur no saque ese rasgo de ti.- Se quejó el Omega mexicano haciendo reír a su amigo.

-Pues yo espero que tú aprendas un poco de mí.- Le dijo, dándole un sonoro beso en la mejilla a su bebé. -Y yo también quiero que mi bebé no herede ese rasgo de mi carácter, ya tiene bastante con haber heredado las malas pulgas de Carlos.- Sergio sonríe ampliamente por sus palabras. quizás envidiando un poco a su amigo Omega.

Y es que Sergio Pérez también quiere algo así. Quiere una marca que lucir orgulloso en el cuello, un cachorro al que consentir con la vida, quiere una familia.

Pero Max Verstappen no está dispuesto a darle aquello porque él no es suficiente.

Esta es la nueva adaptación que traigo, todos los créditos a la persona detrás de la historia original dontgetstress

Y pues, espero que lo disfruten. Lo quiero

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